domingo, 30 de julio de 2023

EL LATIDO DE LAS PIEDRAS.

@indiana_code_drone
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Los años en la sombra volverán como pájaros de invierno, traídos por pupilas de paso que admiran las grietas y el barro y los versos hambrientos de atención. Todo aquí es eterno, aunque no se nombre, porque el sol es nuevo cada mañana y los recuerdos se envuelven en trovos que pasan de ave en ave por los siglos de los siglos.

El verde coqueto se levanta codiciando caricias pétreas, vistiendo las ruinas de faldas musgosas que a veces, traen amapolas. Coloretes para los años. Los árboles son notarios de estos sucesos bajo el sol y la lluvia que os cuento hoy, sentada al borde de los días.

Hay magia en las ruinas, en el bullicio de pensamientos que afloran frente a ellas. Palabras danzan en mis manos y siento el latido de la vida guardada entre los muros. A la espera de la sonrisa que encaja entre las fisuras del tiempo y trae inspiración para quien sabe mirar, para quien sabe escuchar.

Descubro que aquí se guardan estrellas de esplendor completo, estrellas sin epitafio porque viven como guirnaldas sobre las piedras. Prófugas del cielo, han decidido hospedarse en esta casa donde cada noche, desentierran canciones para enamorar al Universo.

Viajero, pasa y deja aquí un recuerdo, hasta que la fiebre del poeta venga a rescatarlo.

Pepa Gómez

Fotografía de Diego Romero, os invito a pasar por su Instagram: indiana_code_drone Estoy segura de que no os dejará indiferente. 


lunes, 17 de julio de 2023

YO SOY.

 

Yo, conmigo, como antes, como siempre. Yo, con soledad, como antes, como siempre... Al final todo son alucinaciones del alma que a la larga devoran la alegría. ¿Y que queda? Supongo que el desconsuelo enraizado en la memoria, pero mirando de reojo a la esperanza. Ay la esperanza... La esperanza es la condena de los soñadores, la mentira piadosa, la felicidad fantasma. La esperanza es de todos los dolores, el más mortal.

Y yo, pequeña hasta en los sueños, ¿qué puedo esperar de mí? Tal vez,  remendar mi corazón antes de que el tiempo expire.  Regalarme la belleza del soy capaz, amarme hasta los huesos, acompañarme para no estar sola. Esas cosas que me puedo dar sin preámbulos y que tan caras cuestan ahí afuera.

Soy estrella fugaz en el vacío, un alma de viaje a la incertidumbre. Soy la vieja loca herida de risa, pero cubierta de cenizas. Soy la que no se ve, esa a la que soledad golpea como madera sin que importe a nadie. A nadie, excepto a mí. Yo soy esto y Dios lo sabe, con eso basta.

sábado, 17 de junio de 2023

LA VOZ DE LAS PIEDRAS.


Dormirá el esplendor entre la ruina y el cáliz en su soledad, añorará de los labios puros el Gloria in Excelsis Deo. Espíritus ya bajo las estrellas.

Caerán las piedras como dentadura vieja, y el sonido del armonio envolverá los siglos muertos ya en olvido, más no serán sus notas acogidas por el alma del viajero que sólo vive el instante. El instante..., brisa ligera como caricia. 
Me da pena que el tiempo degüelle la memoria, es una daga que espera a que te duermas para devolverte a la tierra desnuda.
Deus meus, Deus meus respice in me, quare me dereliquisti? Pero Dios..., ya no vive aquí.

Esta fotografía pertenece a mi amigo Diego Romero, un verdadero artista de la imagen. Os invito a conocerlo en su cuenta de Instagram.  @indiana_code_drone 

lunes, 12 de junio de 2023

EL REFUGIO.

La soledad es el refugio de los fuertes. Binomio perfecto que se pinta de colores, de sonrisas y de renuncias. Se nace y se muere así,  hijos de lo invisible y hermanos de las oraciones sobre el papel. Frente al ruido del corazón,  el silencio de las letras y los nombres en negro.

Los fuertes tienen un espacio para el dolor que nadie ve porque todos desoyen los avisos. Un  discurso mudo que grita dentro a pleno pulmón. Pero nadie ve, nadie escucha... salvo soledad que siempre menciona sus nombres.

Supongo que silencio y soledad van juntos al campo de batalla, si ganan se quedan con las vísceras, si pierden, la primavera se llena de promesas. Promesas para mendigos desubicados. 

La fortaleza ya no es útil, es formol para el sentimiento que al final aterriza en un papel cualquiera, invisible,  muerto, sin esperanza de consuelo. La esperanza para los fuertes es una cárcel con migajas para gorriones adiestrados.


jueves, 4 de mayo de 2023

Una vez al día.

La primavera depreda lo poco que queda del invierno, su recuerdo se aferra a las mentes dormidas, tintadas de lutos que ya nadie comprende. Hoy el cielo es verde y trae sonidos de pájaros que bordan canciones a las nubes. Son bordados invisibles, como el aroma que ahora llega y me emborracha de verdades el alma. 

Es primavera, pero el sol raja la carne como si fuera una navaja. No importa, soy del sur, de la Andalucía que muerde el sudor cuando las cigarras entonan su canto. Es primavera, sí,  al menos una vez al día. 

Esas hojas son como agua tras el cristal, no calman la sed de quien rota la mirada, se rinde a la evidencia. No es el sur. No, no lo es. Es el recuerdo de la lluvia perdida aquí, es la amante que deja sin rubor a su amado y marcha a fecundar la piel de otras tierras. Rotura que sangra dejando intentos baldíos de nada. Ya... nada.

Melancólica, miro la fotografía que aviva mi imaginación, como si de repente un viento racheado empujara mis letras hacia Dios y le dijera: «necesitamos respirar». Con lluvia, con ríos, con brumas, con gotas difusas que dejen papeles mojados e intención de sonreír. Vosotros sois testigos.

Es primavera, sí, al menos una vez al día. 


Gracias a mi amiga Raquel por esta y otras preciosas fotografías de la bonita Galicia. Allí, sí es primavera.