sábado, 21 de febrero de 2015

OTOÑO Y LA LLUVIA

Desde esta ventana oigo el incesante sonido de la lluvia y el viento. Veo a nuestra casa sola y desnuda bajo la lluvia que la horada y erosiona cada vez más; el tejado es ya casi inexistente por la parte trasera y la chimenea aparece desprotegida, erigida hacia el cielo, susurrando a las nubes un lugar en el infinito.
Las gentes pasan guarecidas en sus abrigos espesos, bajo paraguas multicolores que disimulan la monocromía del sábado lluvioso y gris. Los cristales se empañan, el frío ha comenzado en un lugar donde debería estar prohibido tiritar. Es el sur, ese sur colorido de calle y compañía risueña bajo el toldo de una terraza y a la luz del dorado vino cordobés.
Hace frío, la carretera que va a la casa está desolada, sombría, inhóspita...los mastines que habitualmente vienen a buscar sus caricias hoy no están. Aún es pronto para nosotros, no es el momento del frío, aún no. Sin embargo, los días pasarán envueltos en tules grises y vientos helados y las gentes nos acostumbraremos a la nueva estación que invita a los recuerdos al calor de la leña en un cortijo en mitad de la dehesa. Es entonces cuando el calor del alma sale y entibia el entorno, es entonces cuando nuestro cuerpo se prepara para recibir las heladas y los ojos del corazón transforman los cristales de hielo en catedrales góticas.
No me gusta el invierno pero al final mi alma acaba aceptándolo, envolviéndolo en su seno y soñando nuevas aventuras con las niñas, los amigos, con vosotros...
La casa me mira con ojos de soledad pero me susurra palabras de esperanza.
-"Yo fui la que fui, ahora vosotros me otorgáis una vida que no esperaba"
Y su ruina parece sonreírme desde el manto de lluvia enfurecida.




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viernes, 20 de febrero de 2015

UNAS ALAS PARA EL ALMA.


Hoy el sol navega indolente sobre las sierras y los hombres. El cielo azul cartulina protege su atrevimiento y anima a soñar a los corazones encogidos por el invierno, un invierno duro con las sierras y con los hombres.
Mi alma se estira a la espera de unas alas que aún no ha conseguido, las necesita para volar y perderse en la neblina de los deseos, de lo contrario busca aromas en vientos pasados. Introspección poco recomendable, aunque sea un modo de conocer y de existir.
Un día como éste puede socavar los sueños, el sol como techo y el frío en abrazo mortal no es el mejor de los ambientes para pensar, ni siquiera para ahondar en sentimientos y hacer el esfuerzo de mantenerse alegre. Sentimientos y felicidad no es siempre el binomio perfecto, de hecho los primeros se vuelven grises en cuanto el tiempo los agita, la presencia inesperada, el recuerdo materializado en el presente..., ahoga la fragilidad de la alegría. Débil alma es la que se permite la mirada al pozo negro del ayer reciente y lo rescata. Pero lo hago.Se hace pensando, excavando los túneles del tiempo y extrayendo sensaciones que hoy no tienen valor en el mercado del sentimiento, la balanza se inclinó del lado contrario y el peso se llevó mi corazón. Tampoco él tiene alas ¿Qué puedo hacer entonces? "Andar a ras de tierra" me diría quien sabe y conoce mis aturdimientos.
Tal vez el contacto con la tierra caliente la carne dormida, es la tierra quien finalmente me acogerá cuando duerma eternamente, pero ahora... Quizá ahora sea mi modo de volver al presente, al futuro, más allá..., y cortar los hilos que envenenan mi alegría. Sí, sobre ella nace la hierba verde y fresca de la Primavera, el renacer de los mundos y la vida que finalmente nos arrastra a la transmutación. Tal vez al otro lado del invierno esté yo, de nuevo, con la mirada en el horizonte, bajo los estrellas y sobre los recuerdos. También hay paz en éstos, a veces...
El pasado es como el humo, cuando se aleja no escuece a los ojos pero si el viento cambia... Te envuelve y doblega, obligándote a cerrar las ventanas a la vida, sumiendo todo en una oscuridad fugaz pero hiriente, impidiendo ver otras manos que intentan abrir tus cerrojos.
No hay valor en andar hacia atrás, por eso mi alma necesita sus alas para flotar entre las caricias de un viento fresco y favorable que me devuelva la fe. Si eres tú quien la otorga, ¿por qué me devuelves los años?

jueves, 19 de febrero de 2015

EL INVIERNO EN CASA ENCANTADA

Me asomo a la ventana y el gris se cuelga de mi retina castigada por la luz del ordenador. Las escorias de minas casi azulean bajo el plomizo cielo en compentencia; color inexistente, neutro alterado por las emociones. Dicen, que las emociones se echan fuera cerrando una ventana, cierro la mía. Regreso al fondo de la habitación nívea, abro el armario y me coloco ropa de abrigo en color bruma, a juego con el día. Camino por el campo escuchando cómo bajo mis pies la hierba cruje, sobre los pastos el hielo ha tejido encajes de formas caprichosas que al contacto con mi aliento se desdibuja y licua. Vaya..., prefería el traje de filigrana a las lágrimas cálidas. 
Ateridos, los pájaros han callado en su canto, sólo el viento se atreve a levantar la voz en el paisaje vaporoso de Casa Encantada. Las imágenes son grises, como el cuello de los palomos, como las panzas de ciertas  nubes, como el ánimo de los legionarios de Roma a las puertas de Numancia, como el alma de algunas personas que una vez atravesadas por el odio, sólo vomitan maldad en cualquiera de sus variedades. Prefiero el alma limpia de mis preciosas sobrinas porque su color es el de los pétalos de flor en Primavera, como sus mejillas en verano, como su sonrisa limpia todos los días del año. Las quiero tanto...
El sol tiene miedo esta tarde, no se atreve a abandonar el regazo gaseoso que lo contiene. Me detengo, millones de perlitas milimétricas se posan en mis cabellos, es como si del cielo bajasen cristales diminutos que enredados en las gentes y las cosas ponen brillo a la monocromía reinante. Me pregunto si la princesa aguantará en pie muchos más inviernos.
En esta casa puede verse el discurrir del agua por los arroyos, baja borboteando camino a ninguna parte. Antes, cuando este lugar estaba rodeado de vida, las aguas tenían un trayecto y el pueblo perdido en las dobleces del tiempo y la memoria, recogía su fluir para darle vida. Ya nada queda del pueblo de los abuelos, sólo anécdotas que pasan de boca en boca destino al corazón de quien quiera oírlas. Se regalan sonrisas.
Debería volver, a lo lejos las luces se ven difuminadas, son como globos amarillos que temblorosos se suspenden en la neblina. Fantasmas de luz ambarina en medio de las calles.
Adiós Casa Encantada, hasta mañana. Tal vez esta noche o mañana por la noche, Dios te corone de nieve y cubra así tu cabello ralo y destartalado. Bonito tocado para una princesa de siglos.
Brumas celtas en el sur de España, cambian los tiempos pero no la esencia.

miércoles, 18 de febrero de 2015

MOMENTOS DE REFLEXIÓN




Siempre aconsejo que en la medida que vamos leyendo los pequeños relatitos, pinchemos en los vídeos que vamos encontrando y sigamos leyendo, eso hace que nos introduzcamos de lleno en la aventura. Hoy os sugiero un momento de relax, es un día tranquilo de un jueves sin demasiados problemas.

Veo la niebla desde la puerta acristalada, es de esos días que el alma se recoge a esperar caricias. 
La niebla está envolviendo los coches que tengo frente a mi puerta, desearía escaparme de aquí y volar a la sierra, ese lugar al que me siento tan fuertemente conectada. Llevarme un lápiz y un cuadernillo para plasmar allí mis emociones frente a la visión del monte a mis pies, adivinando el oscuro verde tras los tules de la niebla, sintiendo las perlitas de agua en mi cabello y subiendo los cuellos de mi anorak para resguardarme de un frio que lejos de molestarme, me reconforta y me hace sentir en contacto con la naturaleza que me rodea. Quien sabe, igual hay un Trastolillo escondido a la espera de que mi ensoñación lo despierte y poder jugar. Sonidos de hojas secas movidas por el viento llegan hasta mis oídos. El campo se humedece y el sol mortecino regala destellos de cristales a los ojos del transeunte.
La niebla tiene para mí un toque de ensoñación, velos de Avalon que se expanden en la salita donde a veces leo para mis sobrinas las leyendas del Rey Arturo. Nos quedamos con ella, repletas de magos y bellas reinas pero prometo traeros la auténtica historia de este rey. Ahora, cerremos los ojos en mitad de la niebla, Merlín se acerca, el castillo de Camelot abre sus puertas para nosotros en esta mañana nebulosa de magia y fantasía. Una princesa se asoma al lago, chssst, puede vernos...


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