sábado, 17 de septiembre de 2016

EL FANTASMA SE HA ENSUCIADO LA SÁBANA

Hoy llueve y ayer llovía... Un gran mago me recomendó recoger lágrimas de hadas y pensé que en los alrededores de la casa encontraría algo. Decidí ir andando, escuchando la lluvia golpear mi cortavientos, cazando las frias gotas de agua que caían cerca de mis labios y dejando que se adentraran en mi paladar contrastando la temperatura exterior con la interior. Mi cabeza era un bullir incesante de pensamientos: "lágrimas de hadas"... Si de la primera sonrisa de un bebé nacían estos bellos seres, quería saber de dónde salían sus lágrimas y adónde iban cuado lloraban.
Llegué, no llevaba calzado apropiado para adentrarme en el embarrado camino así que me senté en un trozo de la antigua cerca de piedra que permanecía exangüe en el suelo, arañado por el aire y la lluvia. Una voz como un silbido metálico me distrajo de mis pensamientos.

"Las hadas no lloran como los humanos, pueden hacerlo de pena o de alegría, si son lágrimas de felicidad éstas se convierten en cuentas de colores brillantes con las que se fabrican joyas que siempre llevan puestas. Si son de pena su destino es distinto; cuentan que cuando los antiguos espíritus del bosque oyen llorar de pena a un hada, éstos hacen brotar del mismo corazón de la tierra un árbol frondoso, azul y luminoso como el cristal y cada lágrima de hada se transforma en una hoja nueva"

- ¿Quién anda ahí? - Pregunté levantándome y girando la cabeza de un lado a otro.
- Soy yo, el fantasma, pero no podrás verme

Me asusté, un fantasma es un fantasma y por muy amistoso que se muestre, no quería cuentas con espectros. Me levanté y despacio dirigí mis pasos a la carretera.

- ¡Espera mujer no te vayas! La voz entre susurrante y metálica volvía a encoger mis sentidos - No te vayas, no quiero asustarte sólo dejarte un presente para los habitantes de Casa Encantada. Ven, acércate a la casa, prometo no asustarte si no te asomas.
Me detuve, ¿por qué no? No todos los días charlaba una con un fantasma.
- Oye fantasma, si me das un susto por pequeño que sea me encargaré de que te echen de la casa. - Dije con mas miedo que vergüenza mientras avanzaba sorteando los charcos de agua, barro, hierba...-

Llegué a las puertas de la casa y me recosté en la palmera sin mirar hacia adentro.

-Ya estoy fantasma, no sé por qué no te dejas ver, la verdad.
- Pues..., verás- Se oyó una voz que provenía del interior- Es que... Mis sábanas son blancas y con éste tiempo no puedo hacer la colada...
No pude contener la risa...¡Un fantasma haciendo la colada! No, esto no podía ser.
- Y qué fantasma... ¿No tienes secadora? Jajajajaja.
- No tiene gracia Pepita- Dijo ahuecando la voz y haciendo que la lluvia arreciase tornando el paisaje aún más gris y espeso- Tengo mis sábanas llenas de barro ¡Y así no hay quien asuste a nadie!
De nuevo risas....
- ¡Tenemos un fantasma marrano! Jajajajaja. Venga fantasmi, no te pongas triste por tener manchurrones en tu sábana seguro que puedes asustar igual de bien. Además, con tanta lámpara pegada no necesitarás alumbrarte de noche con nada... Déjate ver.
-No, no lo haré- se oyó de nuevo- Te dejo unos vídeos sobre la chimenea, súbelos al blog y dile a todos que pronto tendrán noticias mías. ¡Ah!, por favor, dales las gracias por las películas y libros que me dejaron , me han servido de mucho en estas horas de lluvia.
-Vale fantasmi. - Dije divertida- ¿Te traigo lejía y una buena estufa?
- Pepita, si te sigues riendo de mí te convertiré en un duende Trastolillo.
- Uisssssssss, mira tú, un fantasma en el ámplio sentido de la palabra!!!!
- Te la estás buscando, Peeeeepa.
- Mejor conviérteme en Ojáncana y asustamos juntos. Jajajajaja. ¡Vaaaaaaaaaaale, no te mosquees!. Ya no me meto más contigo.
- Eres incorregible - Se oyó la voz divertida del fantasma por primera vez-
- Pues claro, hay que ser feliz porque sólo asi tendré lo que deseo.
- ¿Y qué deseas, Pepita?
- A ti te lo voy a contar yo, fantasmilla...

De repente, una luz iridiscente se proyectó en las escaleras y aparecieron unas cajas brillantes y hermosas, decoradas con rosas  y  lazos de tul.

- Son los vídeos Pepota, mejor te los dejo aquí que en la chimenea porque tu curiosidad te hará buscarme. Llévalos anda. - Dijo el fantasma-

La luz se abrió paso entre las planchas de plomo que atenazaban el cielo, pensé en lo afortunada que soy por tener una casa llena de amigos y habitada por un fantasma..., marrano. Tengo un cielo lleno de lluvia y un sol prendido con alfileres que acaricia mis sentidos cada primavera.  Tengo un cajón de sábanas de hilo de Holanda para el fantasma en verano y unas mantitas blancas de lana de Escocia para el invierno. Tengo un corazón con habitaciones al exterior para quien quiera ocuparlas ¿Venís?