Hay silencios barrocos que repiten la hondura de su porqué. Después de tanto tiempo, en definitiva, el silencio es nada. Los recuerdos pueden ser nada si se cubren de silencio. De siliencio..., y de adioses corteses.
Qué pensará el mes de junio cuando cruce tu vida y la mía un año más. ¿Qué pensará? De nuevo las calles largas, los naranjos, la noche, tu pelo dorado... Porque sigue siendo rubio, ondulado, hendido de nubes, coloreado de sol.
No pensará porque llegará mañana y ayer será pasado de silencio que no puede despojarse de su historia,
Hoy, como tantos hoy, tu recuerdo me dispara balas..., de silencio. Son grises, como tus ojos.
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