martes, 20 de noviembre de 2018

BELLEZA

Dicen que la belleza es perezosa, pero quien no la ve en la palabra no puede valorar el prodigio. Y el susurro que vive en la mañana, exacto al canto secreto de los dioses, es maravilla que resucita la existencia. Es belleza, mas no perezosa. 

El abrazo que salva del abandono pone calma a la vida y entre los huesos del silencio recompone figura nueva. El viento que resiste a los gritos, el cielo al que se aferran los vivos, el fruto que se arranca a la tierra. No es tan solo hermosura, es perfección. 

El corazón que sale de los escombros busca bondad, caminos lo llevan a ningún sitio y cuando al fin aterriza en el suelo, solo le queda tiempo y tierra. Hay quien dirá que no es bello, como si el tiempo no fuera éxito contra el desaliento, como si todos los fracasos no quedaran muertos. Qué sabrán ellos de lo que salva la lindeza. 

Yo comprendo estas cosas aunque a veces las olvide por minutos y los días distintos a este se llenen de fatiga densa y derrota. Es como besar llorando, la boca escucha palabra por palabra y luego calla. Y cuando el estrépito de la carcajada pinta un aro iris sobre el vacío, entonces, belleza gana. 

Definitivamente, el mal que arde a tiempo da lugar al sueño, a la exquisitez, al amor sin gusanos, al fin de todo lo que duele…. Pero es sabido que si descubres todo esto, ya no podrás vivir como si nada. A mí, desde luego me basta.



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domingo, 18 de noviembre de 2018

EXIT 17

Casi no queda espacio entre sus piernas y la puerta, a eso hay que añadir maletas, bolso, libro y un abrigo que dificulta extraordinariamente sus movimientos. Marina no odia, a Marina le fastidian los cuartos de baño de las estaciones de tren porque todos son estrechos, todos están llenos de señoras anónimas malhumoradas y todos funcionan a medias.
Cuando al fin consigue recomponer sus ropas, mira a la parte superior de la puerta y  hacia el centro lee: "EXIT 17" . Se queda pensativa, con la mano apoyada en el picaporte y la mente en escapada. EXIT 17, ¿qué querrá decir? Alguien protesta en el exterior y sale de su ensoñación, camina distraída buscando algún asiento cerca de los paneles informativos de salida y llegada de trenes mientras gentes desconocidas la sobrepasan.
EXIT 17, todavía retumba en su cabeza y no puede dejar de darle vueltas al grabado de la puerta. Marina regresa de su hogar, un hogar hecho de brazos alrededor de su cuerpo, de noches bajo la protección cálida de una sonrisa. Ahora, de pie frente al panel de luces amarillas se pregunta si va o viene de casa.
El megáfono anuncia la salida del tren para Madrid, Marina no odia, a Marina no le gusta Madrid. Odiar es para siempre, pero lo que no te gusta hoy lo puedes amar mañana. Es como el fastidio, siempre es pasajero, el odio sin embargo..., es eterno.  No, Marina nunca dice: "odio esto o aquello", no, Marina no odia. Allí está, de pie, con sus pantalones de Charlot y su abrigo ligero que dificulta las cosas simples, pensando en la salida 17, como si la vida solo tuviera un número exacto de salidas.
Se lleva una mano al cuello, aún quedan besos colgando de la piel e instintivamente se roza los labios. Besos de su hogar particular que la hacen sentir menos sola. 
La salida del tren destino a su ciudad es inminente, no es la vía 17, pero Marina suma sus números y el resultado es 8, la vía en la que aguarda su tren. ¿Cómo se puede salir cuando se viene de llegar?
El día avanza,  el tren avanza, la vida avanza y solo sus pensamientos emprenden viaje al pasado.  ¿Qué ocurre con los amores que pasan? Ocurre que no fueron, y ahora, ese espectáculo de piruetas imposibles que laceraban el alma, ya no existe. Nunca existió.
Marina fija la vista en un paisaje que cambia con el parpadeo, es vertiginoso, como los ágiles labios  que explotan en la piel y despiertan la sangre.  Cierra los ojos y el corazón reclama los abrazos que libran del desamparo, los que saturan de caricias los resquicios del alma, los que le hacen recinto sagrado donde nada malo pasa. Marina duerme, duerme sin miedo, sin ira, con el hallazgo aún caliente del sentimiento que salva la vida.
EXIT 17, con destino a la ilusión.