sábado, 7 de septiembre de 2024

LUZ DE OTOÑO

La luz ha cambiado, al cielo se ha cosido un sol abandonado y un aire que exige agua. No hay palabras, la curva de los labios es solo para la sonrisa. Un año más, un otoño más, las hojas se vestirán de rojo y en un salto mortal abandonarán su cobijo en un instante. Como los mártires, caerán rodeadas de gracia, acogidas por los pliegues de una tierra que ignora a los Hombres.

El viento golpea las besanas, los pozos hambrientos que pronto abrirán sus bocas a la lluvia, aparecen resecos a mi vista. Alguien inventó cadenas para el agua, pero la tierra no entiende de fronteras. La tierra, el agua, el viento... todos hacen su propia guerra mudable y volátil donde habita el destierro de los días largos. Indefensión de la luz que en esta época, siempre está de paso.

El universo entero se marchita cuando llega el otoño. Sus puertas son de paja y silencio, de calles vencidas y noches sin prisas.  El otoño es un traficante de pequeñas muertes porque todos sabemos de qué estamos siendo despojados y yo, flor de estío, más que nadie.

Pepa Gómez G. 2024

domingo, 28 de abril de 2024

LA PAZ

Sabes que envejeces cuando las ilusiones se quedan dobladas en un cajón, escondidas en la ruina de los años, en pertinaz olvido. 

Las ambiciones, los viajes, el valor, las esperanzas... naufragan en el pasado, acosados por la vida que  huele a jaculatoria.

Y todo esto es un consuelo, una garantía de paz para el alma. Y en las  noches de silencio y piadosa soledad, la pluma se desangra en el papel letra a letra, como el acero se hunde en la carne del enemigo. Deja un reguero de serenidad que encontrarán los ojos con ansias de lectura. 

Mustia la juventud, el corazón descansa, expia sus antojos mientras las alas del tiempo cierran puertas y ventanas. Y queda la tinta en estas manos débiles,  acostumbradas ya a que la inspiración huya entre los dedos. Rendidas, mudas, pero tranquilas.

No hay más, la locura ha trascendido, mi espíritu está libre de sueños y dentro del alma, el reposo levanta torres donde anida la paz.

domingo, 30 de julio de 2023

EL LATIDO DE LAS PIEDRAS.

@indiana_code_drone
@indiana_code_drone 
Los años en la sombra volverán como pájaros de invierno, traídos por pupilas de paso que admiran las grietas y el barro y los versos hambrientos de atención. Todo aquí es eterno, aunque no se nombre, porque el sol es nuevo cada mañana y los recuerdos se envuelven en trovos que pasan de ave en ave por los siglos de los siglos.

El verde coqueto se levanta codiciando caricias pétreas, vistiendo las ruinas de faldas musgosas que a veces, traen amapolas. Coloretes para los años. Los árboles son notarios de estos sucesos bajo el sol y la lluvia que os cuento hoy, sentada al borde de los días.

Hay magia en las ruinas, en el bullicio de pensamientos que afloran frente a ellas. Palabras danzan en mis manos y siento el latido de la vida guardada entre los muros. A la espera de la sonrisa que encaja entre las fisuras del tiempo y trae inspiración para quien sabe mirar, para quien sabe escuchar.

Descubro que aquí se guardan estrellas de esplendor completo, estrellas sin epitafio porque viven como guirnaldas sobre las piedras. Prófugas del cielo, han decidido hospedarse en esta casa donde cada noche, desentierran canciones para enamorar al Universo.

Viajero, pasa y deja aquí un recuerdo, hasta que la fiebre del poeta venga a rescatarlo.

Pepa Gómez

Fotografía de Diego Romero, os invito a pasar por su Instagram: indiana_code_drone Estoy segura de que no os dejará indiferente. 


sábado, 17 de junio de 2023

LA VOZ DE LAS PIEDRAS.


Dormirá el esplendor entre la ruina y el cáliz en su soledad, añorará de los labios puros el Gloria in Excelsis Deo. Espíritus ya bajo las estrellas.

Caerán las piedras como dentadura vieja, y el sonido del armonio envolverá los siglos muertos ya en olvido, más no serán sus notas acogidas por el alma del viajero que sólo vive el instante. El instante..., brisa ligera como caricia. 
Me da pena que el tiempo degüelle la memoria, es una daga que espera a que te duermas para devolverte a la tierra desnuda.
Deus meus, Deus meus respice in me, quare me dereliquisti? Pero Dios..., ya no vive aquí.

Esta fotografía pertenece a mi amigo Diego Romero, un verdadero artista de la imagen. Os invito a conocerlo en su cuenta de Instagram.  @indiana_code_drone 

lunes, 12 de junio de 2023

EL REFUGIO.

La soledad es el refugio de los fuertes. Binomio perfecto que se pinta de colores, de sonrisas y de renuncias. Se nace y se muere así,  hijos de lo invisible y hermanos de las oraciones sobre el papel. Frente al ruido del corazón,  el silencio de las letras y los nombres en negro.

Los fuertes tienen un espacio para el dolor que nadie ve porque todos desoyen los avisos. Un  discurso mudo que grita dentro a pleno pulmón. Pero nadie ve, nadie escucha... salvo soledad que siempre menciona sus nombres.

Supongo que silencio y soledad van juntos al campo de batalla, si ganan se quedan con las vísceras, si pierden, la primavera se llena de promesas. Promesas para mendigos desubicados. 

La fortaleza ya no es útil, es formol para el sentimiento que al final aterriza en un papel cualquiera, invisible,  muerto, sin esperanza de consuelo. La esperanza para los fuertes es una cárcel con migajas para gorriones adiestrados.


jueves, 4 de mayo de 2023

Una vez al día.

La primavera depreda lo poco que queda del invierno, su recuerdo se aferra a las mentes dormidas, tintadas de lutos que ya nadie comprende. Hoy el cielo es verde y trae sonidos de pájaros que bordan canciones a las nubes. Son bordados invisibles, como el aroma que ahora llega y me emborracha de verdades el alma. 

Es primavera, pero el sol raja la carne como si fuera una navaja. No importa, soy del sur, de la Andalucía que muerde el sudor cuando las cigarras entonan su canto. Es primavera, sí,  al menos una vez al día. 

Esas hojas son como agua tras el cristal, no calman la sed de quien rota la mirada, se rinde a la evidencia. No es el sur. No, no lo es. Es el recuerdo de la lluvia perdida aquí, es la amante que deja sin rubor a su amado y marcha a fecundar la piel de otras tierras. Rotura que sangra dejando intentos baldíos de nada. Ya... nada.

Melancólica, miro la fotografía que aviva mi imaginación, como si de repente un viento racheado empujara mis letras hacia Dios y le dijera: «necesitamos respirar». Con lluvia, con ríos, con brumas, con gotas difusas que dejen papeles mojados e intención de sonreír. Vosotros sois testigos.

Es primavera, sí, al menos una vez al día. 


Gracias a mi amiga Raquel por esta y otras preciosas fotografías de la bonita Galicia. Allí, sí es primavera.


martes, 16 de agosto de 2022

EL MAR.

Tan puras las olas como la sonrisa de un niño, brotan en sus crestas las espumas que llevan a la orilla la alegría del verano. Corazones que expulsan el dolor guardado y vienen aquí a abrazar la esperanza, acunados en la dulce melodía del agua. Buscan paz que alegre sus días y el mar les ofrece porvenir, abrazos fugaces envueltos en sal. 

Resoplan las olas despejando las almas, llenándolas de mil versos contra la soledad.  La soledad se  combate con belleza. El agua peregrina a la orilla y vuelve a fundirse en lo profundo, se lleva el dolor del espíritu y trae perfumes, caricia, tranquilidad. 

Qué hermoso es este día en el mar, es como la sonrisa del ser amado: dulce y sin interrogantes. Quiero perderme aquí en la amalgama de sonidos y olores que entrelazados me besan la piel. Quiero el sol lleno de gozo en el cielo y la algarabía del viento que vuela desde el horizonte infinito.

Escribo esto porque no es un sueño, es un suspiro de vida que queda aquí, en el verso que no es y se abre camino como un sable entre las letras.  Sin medida, sin condición, salvaje como el mar que choca contra mi cuerpo y abrazo en perfecta armonía.