jueves, 27 de mayo de 2010

UN DOBLE EN EL JARDÍN. Algo para West.

Ha habido cambios en el blog, la otra plantilla estaba dando problemas y he pensado que unas flores no vendrían mal. Espero que os guste.
Hoy está el día un poco nublado pero tiene calidez suficiente como para preparar una merienda en el jardín. Me he permitido hacerla dentro de la pérgola por si caen algunas gotas y como es jueves, espero que la tarde se alargue y veamos a Nut desplegar su manto oscuro.
Como aquí se permite fumar, he pensado que entre volutas de humo nada mejor que cine en blanco y negro. Hoy, un doble.
Martín ha encendido su pipa y el aroma a Latakia se enrosca entre las columnas. Me ha contado cosas muy interesantes sobre el ego y su destructivo poder sobre las personas. West sonríe, es que West sabe mucho y Aloe y Eva.
¿Se puede saber qué hacéis de pie? Para la tarde he preparado limonada, Eva trajo horchata pero le falta un poquito.... ejem. Té frío para nuestro West, café Mis Nietos y licores. Mi madre ha hecho dulces así que esta vez tocan roscos y flores con miel. No hay nada mejor que los postres salidos del corazón de una madre, justo de ahí que es dónde se cocinan las mejores recetas, básicamente porque el fuego con el que se preparan es el AMOR incondicional. Gracias mami.
También vino la prima María, no imaginais cómo es María... En realidad sólo yo sé que es una Anjana, vive enroscadita en los corazones de todos, con su risa de pétalos de rosa cuidando nuestras conciencias. Sale de vez en cuando a bailar al son de la música de los Elfos, hoy es uno de esos días. Chssssst, María baila...Zanobbi sacó mariposas de sus bolsillos, este Zanobbi siempre nos sorprende.
Uy, West acaba de poner la primera película. Es Gilda, la he traído porque nuestro amigo es un enamorado de la belleza y nuestra Rita Hayworth (que para eso tenía sangre sevillana), está a la altura de sus cánones.
Gilda 1946, una película de Charles Vidor con Glenn Ford, Rita Hayworth y George Macready entre otros. Vaya, tanto hablar, tanto hablar y Gilda está bailando.... Atentos, ahora viene la escena mítica.


Charlas, sonrisas, humo... Se oyen grillos de fondo con su eterna melodía nocturna. Las ranas están croando y Nut poco a poco ha extendido su manto sobre nuestras cabezas. Aroma a heno recién cortado que se entremezcla con el olor intenso a amistad y camaredería.

-¡Pepita, que empieza Ciudadano Kane!

- ¡Ya vooooy! Vaya, quería salir a dejarle a Matilda un dulce, pero no la encuentro, debe estar con el fantasma.
Bueno, veamos la peli, desde luego no se trata de una película cualquiera, está dirigida y protagonizada por Orson Welles que hace una particular versión de la vida del magnate Randolph Heast, un megalómano lleno de contradicciones y víctima de sí mismo que Welles plasmó de manera magistral. Año 1941, Welles tenía....26 años.




¡WEST, me he permitido traerte esta taza, creo que te gustará!

Gracias por venir, lo estoy pasando.... Aloe, por favor, enciende las velas.

martes, 25 de mayo de 2010

UN TÉ Y UNA PELÍCULA. CAFÉ PARA LOS EXIGENTES

Amig@s, he dispuesto la mesa junto a la chimenea, tengo preparadas unas pastas, café y té de frambuesas, espero que sea todo de vuestro agrado.
Vuelve a refrescar, los eucalíptos esta tarde se agitan más de lo normal para esta época y Matilda anda agarrándose a todo pasto viviente para mantener el equilibrio. Es una lagartija adorable, hoy muy de mañana ha salido con unos pajarillos a los que llama Pitorrito y Culiculá y ha regresado con esas flores que a mí me parecen preciosas. Gracias Matilda.


He pensado que tal vez os apetecería pasar la tarde conmigo viendo una película y tomando algo, charlando y viendo bailar a los árboles desde la ventana.
He arreglado todo para que la tarde sea inolvidable; el fantasma estrena sábana nueva para asustarnos como Dios manda, Zanobbi trajo tabaco Excélsior para quien guste, tengo mermelada de naranja amarga y licores exóticos y he comprado espliego para aromatizar la estancia. Todo preparado para disfrutar viendo la película TENER Y NO TENER, en cuyo rodaje, en 1944, se conocieron Lauren Bacall y Humphrey Bogart. Otra producción del magnífico Howard Hawks.
Os dejo la parte más famosa de la película que además marcó a la pareja. El silbato del que se habla tiene una historia preciosa, Bacall, se lo puso a él cuando murió, de modo que se lo llevó al más allá desde donde no sabemos si estará sonando buscando la atención de la mujer a la que amó.


Venga, sentaos ya que comienza. ¿Un terrón de azúcar o dos?.



¡OLVIDABA LOS CIGARRILLOS! Los trajo Zanobbi, porque aquí en esta casa, las prohibiciones, están prohibidas. Besos