miércoles, 17 de enero de 2018

DUENDES

"Vienen pasando los caminos del norte, 
duendes de cabello verde y zamarras de lana. 
Hay una niña a la orilla del río, 
cuenta las hojas que arrastra. 
Sonríe feliz y se mira
en el espejo de las aguas" 

Raquel canta distraída y cuando levanta la mirada se topa con una comitiva de pequeños seres que atraviesa el bosque. ¿Cómo es posible? ¿Habrá sido su canción?

- Todo es posible aquí - Escucha -

Raquel, se dirige al duende que habla, es menudo -como es de esperar en un duende- y tiene un lunar en la nariz.

- Soy Grow, llevo a mi pueblo al otro lado del río, pero no podemos pasar- 
- ¿Puedo ayudaros?
- Claro, ¿ves ese árbol caído? Me pregunto si puedes cruzar por allí con nosotros. Te estaríamos tan agradecidos...

Raquel se levanta, se ata las trenzas arriba de la cabeza para que no le molesten y luego, toma a varios duendes que entra en sus bolsillos. Algunos son muy pequeños, duendes bebés que están asustados ante la niña gigante, pero ella no tiene intención de hacerles daño.
Cruza una, dos, tres veces y el pueblo de Grow se despide de ella feliz por la ayuda recibida.

- Esto es para ti - Le dice el duende a Raquel- Para que nunca estés triste.

Le entrega una piedra violeta que la niña recoge en sus manos y guarda emocionada. Observa cómo los pequeños duendes se alejan, a su paso la hierba tiembla y ella sabe exactamente el camino que han tomado, hasta que de nuevo, se encuentra sola frente al río y unas nubes comienzan a esponjar el cielo.

- Vaya faena que llueva ahora -Piensa-

Y el tambor de las gotas comienza a sonar, corre a resguardarse bajo un árbol que la acoge ahuecando sus ramas porque hoy..., todo es magia. Desde su refugio observa al bosque vestirse de un verde brillante, como si la lluvia hubiera dado una nueva vida a lo que ya rebosaba de vitalidad. El viento trae olor a tierra mojada y hace bailar a las hojas a ritmo de vals. Eso piensa la niña que se ha quedado dormida sobre la manta brillante que hace nada estaba bajos sus pies.

- ¡Raquel despierta o llegarás tarde al colegio!-

Mamá Pepi despierta a la niña que regresa de un mundo secreto donde ella y solo ella sabe que la verdad, se viste de verde y tiene carita de duende despistado.

Para Pepi y Raquel, dos amigas entrañables que encontré un día entre ropas y ahora conservo entre algodones. ¡Os quiero, chicas!

Mi amiga Raquel me envía esta foto desde Galicia, un lugar donde la magia sigue dando vida a lo imposible.

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