Aúllan las estrellas en este arco negro y silencioso que es
el cielo. Podría decir que es de seda, que es la tarde enjoyada a lomos de un
gato oscuro con ojos de pedrería. Es la noche de verano en la vida del andaluz
conquistado de ilusiones. Ve un cielo cincelado
por poemas y velas encendidas, preparado para soltar las salmodias de siglos,
derretidos ya bajo esta cubierta que no muda.
Un corazón cotidiano lleno de amores nuevos que canta a las
afroditas de una tierra imperecedera. Seguidillas en el aire, vestiduras de
hoja perenne para los árboles coquetos, iluminados de un golpe certero de luna.
Pandereta de plata para los enamorados de este paisaje donde las pupilas
zigzaguean en busca de un te quiero.
Es de noche, la sierra desaparece entre los mantos del firmamento. Luceros trashumantes bendiciendo esta tinta que sale de mis dedos.
