El perecedero calendario arruga las hojas que asoman a mi ventana, fija el dorado al suelo como se fija la nostalgia al recuerdo, anuncia que las últimas alegrías del verano..., tocan a su fin.
Los deleites de las flores quedan en el pasado, aunque sus súplicas de espera se prendan al viento, pronto los arroyos quedarán entumecidos y el sol, enredado en noviembre, solo será una crisálida amarilla, dormida a la espera de romper en primavera.
Murmullos de otoño, cuchillos de lluvia removerán la tierra que alumbrará verde.
Bienvenido, pasa.
Nota: Registrado bajo licencia SafeCreative.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Diviértete en Casa Encantada y déjame tu comentario. Aquí hay un sitio para ti, quédate.