miércoles, 28 de agosto de 2019

TORMENTA

El cielo se rinde, batalla contra el trueno en el último reposo del día. La luz quiere vivir, quiere que escriban su nombre en la tierra, pero la oscuridad estalla en el aire. Culebras de luz danzan sobre las cabezas, el destino…, se ha dormido. En esta tierra, antes corría el verano, ahora el aire trae humedad que trepida los cuerpos.
Rompe el agua y los Hombres reniegan del cielo, este cielo que envuelve y borra el dorado. Sin paz, el concierto de nubes ensordece a un sol que antes ardía en colores. Sin fe, la lluvia cae sobre la pequeñez humana que cree en firmamentos donde la luz es reina. Se desordena la tarde a cada trueno y los duelos por el día comienzan. La sombra no cesa y las estrellas no asomarán a un firmamento embarrado. Si mañana despierto aquí, que el alba caiga en mis manos como si fuera el milagro que negáis, justo ese que puede salvarnos. Tal vez.

NOTA. Fotografía de mi amigo Manuel Rubio López, siempre captando la belleza del cielo español.

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito del titular del copyright. Código de registro: 1908281789692

LA CASA

Abolido el tiempo, la soledad absoluta vive aquí. El recuerdo de los que habitaron se confunde con la muerte, pero no es muerte, es memoria. Antes de que huyera el sol, había rostros bellos, historias, días ardiendo en corazones nuevos. Ya nadie reconoce eso porque la noche ha caído y congela toda vida. De repente, una gota de agua, hierba sobre tejados desnudos y los locos dicen que hay esperanzas, pero las cicatrices de la casa son rencorosas y anhelan descanso. Ya no, ahora no. 
La sospecha de la ruina se cierne sobre ella, los intereses hambrientos se la disputan y el abrazo del abandono es todo cuanto queda. Muere cien veces al día y al alba resucita ante ojos mortales. De hora en hora, de nube en nube y hasta el infinito pueden más los deseos de tierra que la esperanza. Porque ella es tierra, la tierra es suya y volverán a fundirse como se funde la sangre de los amantes.
Pepa Gómez.
NOTA:  Encontré esta fotografía en Pinterest y me inspiró las letras que acabas de leer. Es una casa hermosa, por eso es fácil escribir mirándola. 
Desconozco al propietario de la imagen, si eres tú y no deseas que esté aquí, la retiraré.


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