sábado, 17 de junio de 2023

LA VOZ DE LAS PIEDRAS.


Dormirá el esplendor entre la ruina y el cáliz en su soledad, añorará de los labios puros el Gloria in Excelsis Deo. Espíritus ya bajo las estrellas.

Caerán las piedras como dentadura vieja, y el sonido del armonio envolverá los siglos muertos ya en olvido, más no serán sus notas acogidas por el alma del viajero que sólo vive el instante. El instante..., brisa ligera como caricia. 
Me da pena que el tiempo degüelle la memoria, es una daga que espera a que te duermas para devolverte a la tierra desnuda.
Deus meus, Deus meus respice in me, quare me dereliquisti? Pero Dios..., ya no vive aquí.

Esta fotografía pertenece a mi amigo Diego Romero, un verdadero artista de la imagen. Os invito a conocerlo en su cuenta de Instagram.  @indiana_code_drone 

lunes, 12 de junio de 2023

EL REFUGIO.

La soledad es el refugio de los fuertes. Binomio perfecto que se pinta de colores, de sonrisas y de renuncias. Se nace y se muere así,  hijos de lo invisible y hermanos de las oraciones sobre el papel. Frente al ruido del corazón,  el silencio de las letras y los nombres en negro.

Los fuertes tienen un espacio para el dolor que nadie ve porque todos desoyen los avisos. Un  discurso mudo que grita dentro a pleno pulmón. Pero nadie ve, nadie escucha... salvo soledad que siempre menciona sus nombres.

Supongo que silencio y soledad van juntos al campo de batalla, si ganan se quedan con las vísceras, si pierden, la primavera se llena de promesas. Promesas para mendigos desubicados. 

La fortaleza ya no es útil, es formol para el sentimiento que al final aterriza en un papel cualquiera, invisible,  muerto, sin esperanza de consuelo. La esperanza para los fuertes es una cárcel con migajas para gorriones adiestrados.

Hacedme caso: la soledad es el refugio de los fuertes.