Serenidad, tarde de pinceles ocres en el sur. La música corta los silencios, invade las estancias reservadas al sol e ilumina con sus notas un cielo que a veces se olvida de mí. Yo no podría olvidarme de él.
Miro a lo lejos y la paz de los caminos estalla en mis ojos, ¿cómo no dejar que el alma se bañe en semejante bálsamo después de las guerras del corazón? Porque el corazón dispara y el alma muere, a menos que, una tarde la primavera llame a tu puerta y te cure las miserias del pasado. Es igual si no hay sol, para la cura siempre es luz, siempre estrellas, siempre esperanza bajo la carne raída.
Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales. Número Registro Propiedad Intelectual: 1803146136805
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Diviértete en Casa Encantada y déjame tu comentario. Aquí hay un sitio para ti, quédate.