Mostrando entradas con la etiqueta casa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta casa. Mostrar todas las entradas

miércoles, 9 de mayo de 2018

La seño Yolanda. Nueva profesora en Casa Encantada.

De nuevo lluvia sobre Casa Encantada. una fuerte tormenta mantenía a sus habitantes en torno a la chimenea, contando viejas historias de siglos no conocidos por el Hombre. Aunque en realidad, era el mago Pirú el que hablaba y los demás escuchaban boquiabiertos. 
El único que estaba en la biblioteca trabajando era don Leonardo, el ratón que había llegado para dar clases a los más pequeños. Estaba pensando que si encontraba a alguien que se hiciera cargo de ellos, él podría dedicarse a investigar, así que decidió llamar a una de sus antiguas alumnas para proponerle el trabajo.
La mañana transcurrió entre tazas de chocolate caliente y olor a tierra mojada, ese aroma inconfundible que llena de paz el corazón. Andaba el mago contando su aventura con el príncipe Nefér y el dragón Valcabra cuando sonó el timbre. Nadie se movió.

- ¿Es que nadie va a abrir la puerta? - Preguntó sabiendo que al final le tocaría a él- De acuerdo, de acuerdo ¡No os canséis!

Bajó las escaleras a toda prisa, pero al abrir no vio a nadie. Iba a cerrarla justo cuando una voz le alertó para que no lo hiciese.

-¡Espere, espere! ¡No cierre!

Una preciosa ratoncita aguardaba en el umbral, era la segunda vez que ocurría algo así en Casa Encantada.

- ¡Oh, perdona! -Exclamó el mago- No te había visto ¡Pero no te quedes en la puerta! Pasa, pasa.
- Tú debes ser Pirú, si me permites el tuteo. Yo soy Yolanda Parvulitos, la nueva maestra. Don Leonardo me ha llamado esta mañana para ofrecerme el trabajo con los pequeños. Aprovechando que estoy pasando unos días en casa de mi tía Nieves, he pasado a saludar y a conocer a mis alumnos.
Imagen extraída de la web: https://www.bearpile.com/item/158658/12 donde si lo deseas puedes adquirir esta preciosa ratoncita de Pascua. Propiedad de Vladlena Kirienko. Happy Family.

Pirú no tenía conocimiento de la nueva maestra, pero le pareció una idea excelente. Era educada y simpática y los niños estarían encantados con ella.

- No sabía nada, pero me parece una excelente idea. Por favor, vamos a la biblioteca, allí está don Leonardo y podréis poneros de acuerdo en cuanto a vuestros quehaceres. Si eres tan amable de subir a mi mano, llegaremos en un pis pas.

En ese momento apareció Benito Mondanueces acompañado de su amigo Blas, que como buenos anfitriones quisieron saludar a la recién llegada.

Imagen extraída de https://www.livemaster.ru/topolino. Los ratoncitos son propiedad de Оksana Caccioppoli.  https://www.livemaster.ru/topolino

- ¡Buenas tardes a la hora de comer! Yo soy Benito Mondanueces y este es mi amigo Blasito Comebellotas. Bienvenida  a Casa Encantada, señorita....
- ¡Yolanda! Yolanda Parvulitos, soy la nueva maestra. Encantada de conoceros.

Blas se sonrojó de tal forma que su amigo no pudo evitar reírse.

-  ¡Es guapísima! -Le susurró a Benito por lo bajo-
- Yo la vi primero, relájate Blasito.

El mago terminó inmediatamente con los planes de los dos romeos.

- Bueno señores, nosotros tenemos mucho que hacer. Nos vemos en media hora en el salón para comer juntos y dar la bienvenida a Yolanda como merece.

En la biblioteca, don Leonardo se afanaba con la clasificación de libros, esperaba poder dedicar mucho más tiempo a esto ahora que Yolanda había llegado.

- ¡Mi querida Yolanda! - Exclamó al ver a su amiga-

Profesor y alumna se fundieron en un cariñoso abrazo y seguidamente, expuso los pormenores de su nuevo trabajo en Casa Encantada.

- Los peques de este lugar son buenos en general y luego está la lagartija Matilda, de la que no podrás librarte ni a sol ni a sombra. Te acompañará allá donde vayas con su arco, sus flechas y su carcaj. Se meterá en un guante para asustarte, estás advertida.

A Yolanda le pareció divertidísimo todo lo que don Leonardo le contaba. ¡Este trabajo era lo que llevaba esperando toda su vida!

El día se agotó y la lluvia dio paso a un cielo limpio cuajado de estrellas. Parecía un lienzo pintado, de tan maravilloso y brillante como lucía. Nuestra amiga se fue a la cama pensando que si el próximo día llegaba con sol, la primera clase sería al aire libre. De este modo,  además de aprender, aprovecharía para conocer mejor a sus alumnos en un largo y provechoso paseo por los alrededores. 
Y ocurrió, el sol quiso salir a recibir a la nueva habitante de Casa Encantada, como también lo hicieron los más pequeños acompañados ..., ¿Por un fantasma? De repente, un guante negro empezó a andar hacia la seño Yolanda, pero enseguida recordó las palabras don Leonardo: "La lagartija Matilda se meterá en un guante para asustarte".

- ¡Vaaaaya, vaya, vaya! ¡Así que tú eres Matilda! -Exclamó la seño acercándose al guante-
- ¡Así no hay quien asuste a nadie! ¡Sois todos unos chivatos! - Y la lagartija salió del guante muy enfadada-

Los niños y Yolanda se rieron de lo lindo a costa del enfado de la lagartija que finalmente se acabó presentando como es debido. 

- Bien chicos, ya basta de trastadas. Ahora iremos dando un paseo por el bosque y os hablaré de las plantas. A ver, quien sabe de qué cereal obtenemos harina.
- ¡Yo, seño, yo! -Dijo la pequeña Belita, una bonita ternera que vivía en El Tejar- ¡Del trigo!
- ¡Muy bien, muy bien!. Ahora os voy a contar que hace muuuuuchos años, ejércitos romanos pasaron por estas tierras. ¿Sabéis quiénes eran los romanos?
- ¡Siiiii! - Contestaron todos-
- Debéis saber que muy cerquita de aquí pasa la calzada por donde transitaban nuestros antepasados y que esta zona que veis se llamó Mellaria.
- ¡Cuánto sabe, seño! - Le dijo Jara, la perrita de doña Sinforosa-
- ¿Queréis que hagamos coronas de laurel como si fuéramos generales victoriosos entrando en Roma? - Propuso Yolanda-
- ¡Siiiiiiii!
- Pero seño... -advirtió Matilda- Aquí no hay laurel.
- Chicos, como no tenemos laurel las haremos con flores, con juncos o toda aquella hierba que os guste. ¿Qué os parece?

Los pequeños se volvieron locos con sus coronas, algunos hasta se fabricaron ingeniosos "gladius" con juncos y simulaban guerrear contra árboles que hacían de pasivos enemigos. 
Raquel, la hija de doña Pepita, la ardilla de la vía del tren, se alejó demasiado y de repente....

-
- ¡Señoooo! ¡Señoooo! ¡Hay algo raro en mitad del bosque!

Todos corrieron hacia el lugar en el que se encontraba Raquel. Ante sus ojos alucinados, varios árboles formaban un enramado en forma de puerta circular, sin duda, algo muy extraño para ser natural.

- De acuerdo chicos, nos acercaremos despacio y echaremos un vistazo. Esto es algo muuuy raro. No os separéis de mí.
- Tranqui, seño, estando yo aquí no habrá ni un problema. -Dijo la lagartija Matilda montando una flecha en su arco-

El grupo avanzó hacia los árboles idénticos que crecían en paralelo, cruzaron y se adentraron entre las ramas que formaban la puerta. De repente, estas empezaron a girar a un ritmo endiablado atrapando en su interior a los incautos exploradores. 

- ¡Señooooo que se pare estooo! - Gritaban los pequeños asustados-

La puerta no paraba de girar, si abrían los ojos solo podían ver una luz brillante y el verde de las ramas que al moverse tan rápido, parecía que estuvieran atrapados en un embudo. De fondo un susurro se metía en los oídos de los cautivos, como un silbido lleno de letras que no podían descifrar.
Cuando al fin la puerta se detuvo....



- ¡Atrááááás! .- Gritó la seño-

Algo parecido a una iguana gigante les cerraba el paso. Tenía tantos dientes que podría devorar un caballo en un minuto, o eso creyeron los chicos que estaban paralizados de miedo.

- ¡Dios mío! ¿Pero dónde estamos? - Preguntó la maestra-
- No lo sé, no sé cómo hemos llegado aquí ni cómo hay estos animales- Contestó Matilda-
- Bueno, este es de tu familia, ¿No? -Preguntó Pedrito, el pato de la charca de don  Clemente-
- ¡Qué graciosito es el niño! - Pues no, no es de mi familia.
- Yo diría que es un Matildosaurio y si te pones a hablar con él, alguna solución encontraremos. - Añadió la seño echando mano de un humor que en ese momento venía a relajar un poco los ánimos-

El animal no paraba de amenazarlos, intentaron volver a entrar en la puerta pero...  ¡Había desaparecido!

- ¡Corred! - Gritó Belita al ver que aquel extraño animal avanzaba hacia ellos-

Maestra y alumnos se escondieron tras unos roquedos. La vegetación exuberante había ayudado a despistar al animal, pero cuando comenzaban a respirar, otro igual al que los perseguía hizo acto de presencia, solo que éste era muchísimo más alto y gordo.

- ¡Dios mío, estamos perdidos! - Gritó Raquel, la pequeña ardilla-
- Pues no sé qué deciros- Fijaos- Comentó Pedrito.

El animal más grande parecía regañar al pequeño y pasados unos interminables minutos, ambos se adentraron en el bosque dejando en paz a nuestros amigos.

- ¡Era su madre! - Exclamó Matilda- Ostras, seguro que Minimatilda ha hecho alguna trastada y su madre le ha reñido. ¡Me encanta Mamamatilda! - Dijo riendo-

A esa misma hora, en Casa Encantada...

- Don Leonardo, me preocupan Yolanda y los pequeños, hace un buen rato que tendrían que haber regresado. ¿Le dijeron adónde irían? - Preguntó Pirú-
- Me dijo que los llevaría al bosque para dar allí la clase de ciencias y de historia. Ahora que lo pienso, tienes razón, ya tendrían que estar aquí ¿Qué habrá sucedido?
- Vayamos a averiguarlo.

Mago y ratón se adentraron en el bosque de Casa Encantada, comenzaba a oscurecer y peligros conocidos por todos acechaban. Para colmo, de nuevo la tormenta hacía acto de presencia.
Pirú avanzaba con el bueno de don Leonardo en un bolsillo de su túnica, que asomado no perdía detalle de todo cuanto acontecía.

- Pirú, fíjate en eso - Dijo el ratón señalando al fondo del bosque-

La puerta por la que los chicos habían entrado, aparecía de nuevo ante el mago y su amigo-.

- ¡Una puerta giratoria! Don Leonardo, ¿está pensando lo mismo que yo?
- Por supuesto, Pirú. Conociendo a Yolanda que es una aventurera de cuidado, es probable que hayan cruzado la puerta.
- ¿Ella tiene conocimiento de la magia que aquí sucede? - Preguntó el mago preocupado mientras comprobaba su báculo-
- Pues me temo que no, amigo.
- ¿Hay algún modo de saber adónde han ido? Si fuera un corro de hadas, no tendría dudas, pero esto...
- Hay una, pero es peligrosa. -Dijo el ratón que de un salto se había colocado en el suelo y una vez allí, subido a la mano de Pirú-
- Peligro es mi segundo apellido.
- Bien amigo, escúchame con atención. Antes de venir a Casa Encantada preparé un estudio sobre estas puertas. Ciertamente no debería estar aquí, o al menos no deberíamos estar viéndola porque no es san Juan, ni la primera luna llena del año, ni la segunda del verano. Eso quiere decir que extraños fenómenos están sucediendo en Casa Encantada, fenómenos que escapan a este humilde ratón, pero que sí puedo asegurar que existen. Anoche, mientras terminaba de clasificar los libros de biología, una luz verdosa como cargada de gas, se detuvo en la ventana de la biblioteca. No le di importancia, pero cuando me iba a mi habitación, allí estaba de nuevo aquella luz, delante de mí impidiéndome entrar.
- Un momento, un momento -Interrumpió Pirú muy preocupado- ¿Por qué no me avisó? Y dígame ¿Esa luz tenía alguna forma?
- No quise alertar a nadie, pensaba contártelo hoy, pero con tantas emociones lo he olvidado. No tenía ninguna forma en particular, era como una nube de gas brillante.
- Es Óminor... El mago negro otra vez - Susurró Pirú apesadumbrado- ¿Cómo ha podido escapar de su encierro?
- ¿Estamos en problemas?
- Lo sabremos cuando crucemos esa puerta. Rece para que aparezcamos donde están los chicos, amigo Leonardo.

Se adentraron en la puerta mientras don Leonardo recitaba una extraña letanía. Pirú había creado un círculo protector en el que había anclado el presente, de modo que si algo fallaba, siempre podían regresar. La puerta se movió y en ese momento, el ratón sacó su mano mientras gritaba al mago que lo sujetara fuerte. Todo paró de golpe y alrededor de los amigos, flotaron toda clase de enseres y animales.

- ¿Qué está ocurriendo, don Leonardo?
- Estoy parando el tiempo diez segundos, puedo ver si ellos están en este periodo diciendo los nombres de todos y cada uno de ellos, pero si consumo el tiempo, nos perderemos para siempre.

Don Leonardo paró la puerta hasta en cinco ocasiones, cada vez estaban más debilitados por el esfuerzo y el escudo del mago se empezaba a difuminar. A la sexta vez...

- ¡Ahí están! -Salgamos ahora! - Gritó el mago.

Los chicos al verlos corrieron hasta sus amigos, no podían dar crédito a lo que estaba pasando.

- ¡Don Leonardo! Hemos visto una iguana gigante, diría que es un dinosaurio, pero me va a tomar por loca - Informó la seño Yolanda muy nerviosa-

El ratón se movió por los alrededores observando la vegetación y luego añadió -Estamos en la era Mesozoica, pequeños, y a juzgar por estas flores, me atrevo a decir que en el Cretácico porque es entonces cuando aparecen. Además, vuestra maestra ha dicho que el animal que vieron era grande.

- Y si no me equivoco... Justo en el Cretácico es cuando se extinguen los dinosaurios -Añadió Yolanda-
- Pues estamos en peligro -Dijo el mago- Hay que salir de aquí cuanto antes.
- A ver chicos, antes de que esto acabe, por favor atendedme un segundo -La seño Yolanda no podía dejar pasar esa oportunidad para dar una miniclase de ciencias a los niños- El profesor don Leonardo nos ha dicho que estamos en la era Mesozoica, época en la que aparecen los dinosaurios; esta era se divide en: Triásico, Jurásico y Cretácico. El animal que hemos visto pertenece al último periodo por todo lo que él ha explicado. ¡Recordad esto, caerá en el examen!
- ¿Jurásico? -Preguntó Matilda- ¡Estoy con mis abuelos! Pero... ¿Y si la lían parda como en las pelis? ¡Ay Pirúúúúúú, sácanos de aquí! - Y como una loca corrió a esconderse en el bolsillo del mago.

Tuvieron un segundo para las risas hasta que en el cielo vieron una enorme bola de fuego que se perdió en la lejanía. Seguido, escucharon un ruido ensordecedor.

- ¡Son meteoritos! ¡Hay que salir de aquí! - Gritó don Leonardo-
- Dios mío... La extinción de estos animales ha comenzado - Miraba Yolanda a su alrededor mientras caminaba como hipnotizada hacia la puerta que Pirú había conseguido anclar-
- ¡Tenemos que hacer algo, Pirú! -Gritaba Matilda fuera de sí- ¡No podemos dejar que mueran, por favor, ese dinosaurio que vimos era pequeño y tenía a su madre!. ¡Por favor, Pirú haz algo!

El mago trató de tranquilizar a la nerviosa lagartija que hizo que todos los pequeños comenzaran a llorar.

- Escucha Matilda, no podemos interferir en la Historia. Yo también lo siento, pero tenemos que salir de aquí o moriremos con ellos.

Una lágrima brillante y sincera se escurrió por la bonita cara de la lagartija, no quería que sus antepasados murieran, pero sabía que el mago tenía razón.

- Venga arquera, volvamos a casa - Pirú volvió a entrar a su amiga en el bolsillo mientras otra enorme bola de fuego venía derecha hacia ellos-

- ¡A la puerta! ¡Ya! -Gritó el ratón que nada más entrar comenzó a murmurar unas frases que los llevó de vuelta a Casa Encantada.
- ¡Hemos vuelto, bieeeeen! -Reía y bailaba Belita con Pedrito y Raquel, todos estaban contentos, todos menos Matilda que no podía olvidar a sus efímeros amigos.-
- ¡Casa Encantada puerta cerrada! - Gritó Pirú y la puerta giratoria desapareció a la vista de todos-
- Menuda aventura, Pirú - Dijo Yolanda-
- Desde luego que sí, querida, has entrado en Casa Encantada por la puerta grande, no puede decirse que no merezcas quedarte.

Esa noche, no hubo muchas celebraciones, el mago andaba nervioso y llamó a Matilda a la biblioteca para darle unas órdenes muy precisas.

- Pequeña, escúchame, tengo una misión muy importante para ti, pero tienes que prometerme que volverás a sonreír o no contaré contigo-
- Lo prometo, amigo -Dijo Matilda elevando sus preciosos ojos hacia el mago. Parecía sincera-
- No pierdas de vista a la seño Yolanda, tengo sospechas de que el mago negro Óminor ha escapado de la Torre de los Siete Picos.

Al oír aquél nombre, la lagartija se estremeció.

- ¿Estás seguro?
- Lo suficiente. Don Leonardo ha visto la nube de gas y es cuestión de tiempo que aparezcan los  rementeadores.
- ¿Qué son rementeadores? -Yolanda había escuchado todo, volvía de su habitación que estaba justo al lado de la biblioteca cuando les oyó hablar- ¿Hay que preocuparse?
- Son unos seres maléficos, se cuelan en nuestro mundo a través de las pesadillas de los niños y si te miran, te roban todos tus recuerdos bellos y mueres. El mago negro se alimenta de esos recuerdos. El rementeador es una mezcla gigante entre mantis religiosa y araña - Explicó la lagartija-

La seño se llevó las manos a la boca reprimiendo un grito.

- Pero... ¡Eso es horrible!
- No  te preocupes, querida, Matilda no permitirá que te ocurra nada malo. Ocúpate de los más pequeños, que de la seguridad de todos nos encargamos nosotros. -El mago guiñó un ojo a la ratoncita que se tranquilizó- ¡Y ahora vamos a dormir! ¡Mañana prepararemos una gran fiesta de bienvenida! ¿Qué le parece, señorita Yolanda?
- ¡Pues me parece maravilloso! -Exclamó nuestra seño olvidando la conversación que la había hecho entrar en la biblioteca-
- Matilda, aguarda un minuto -Pidió el mago cuando volvieron a quedar solos- Don Leonardo quiere que te quedes con esto.

El mago se dirigió a una estantería y extrajo un libro donde podía leerse: "La era de los dinosaurios".

- ¿Para mí?
- Sí, amiga, para ti. Así podrás saber todo cuánto pasó y también cómo cambió nuestro planeta para que nosotros pudiéramos existir.

Matilda se emocionó, después de que el mago dejara en la habitación de la lagartija el libro, esta agradeció sinceramente el regalo.

- Gracias, Pirú, este regalo es muy importante para mí.

El mago acarició al gracioso reptil y después salió cerrando la puerta tras de sí. Esa noche no todos durmieron, pues en la habitación de Pirú las luces permanecieron encendidas hasta el amanecer.

Al día siguiente hubo examen sobre el Jurásico y luego fiesta, aunque la fiesta la empezó Matilda que se colocó una dentadura hecha con palillos mondadientes y escenificó la carrera de un Velociraptor a las mil maravillas.
Todo iba bien hasta que una sombra oscura y espesa se acercó a la gran ventana del salón principal de Casa Encantada. El mago se giró nervioso y entonces, aquella bruma se desvaneció en la oscuridad mientras la fiesta de bienvenida continuaba.
¿Serán capaces nuestros amigos de devolver al mago malo a su torre? ¿Algún pequeño tendrá pesadillas? Tendrás que quedarte en Casa Encantada para averiguarlo.

Este cuento va dedicado a mi prima Yolanda que nos está dando a todos una lección de valentía, fe, simpatía y fortaleza. Todo lo mejor para ti ahora y siempre, querida. ¡Ah! ¡Y bienvenida  a Casa Encantada, ratona!






Vuelta al cole.

El 26 de abril volví al colegio, al mío, al San José de Calasanz, gracias a las ocurrencias de mi amigo Alberto Díaz-Villaseñor, genial escritor y mejor persona, que con motivo del Día del Libro propuso leer mis cuentos en una de sus aulas. 
Ese día escribí:
He vuelto 33 años después a subir esas escaleras que tantas veces me llevaron a mi clase, a esa misma que la casualidad ha querido que hoy volviera a pisar. El olor inconfundible a infancia y gomas de borrar, el mismo paisaje desde la ventana,la pizarra con la fecha, el sonido, la luz... Podía cerrar los ojos y ver a mis compañeros y a don Antonio dando su clase de Ciencias Naturales. 
Y con esa emoción, les he contado a los peques que hay un lugar en nuestro pueblo en el que viven personajes tan fantásticos como Pirú, la lagartija Matilda o doña Sinforosa, se llama Casa Encantada y está llena de magia.

Ha sido maravilloso comprobar cómo las nuevas tecnologías no pueden borrar la inocencia. Un pequeño ratón que habla y corre aventuras, deja con la boca abierta a unos niños que aún guardan en su interior el tesoro más preciado: la infancia.
Gracias, Alberto, por leer el capítulo de "Los Cuentos de doña Sinforosa" de esa manera tan especial y divertida, arrancando carcajadas a los peques..., y a mí. Siempre aprendo algo contigo, siempre, es un privilegio tenerte como amigo. Gracias, gracias, gracias, por el regalo de hoy.
Y gracias a Gema, la seño de 3º, tan amable, generosa y divertida por permitir que haya pasado una mañana absolutamente feliz. 
Me han regalado un precioso marcapáginas que pienso guardar como si fuera oro, ese del que están hechos los corazones infantiles.
Feliz, no puedo decir más. Bueno sí: ¡CONTAD CONMIGO! y Bienvenidos a Casa Encantada.


lunes, 12 de marzo de 2018

Don Leonardo y las puertas giratorias

Es muy temprano y Casa Encantada permanece sumida en la tranquilidad de la noche, acurrucada bajo unas estrellas que vigilan el sueño de cada uno de sus habitantes. 
A eso de las seis y media, unos leves toques en la puerta de entrada me despiertan: "Toc, toc, toc", sonaban en repeticiones de dos, paraba unos segundos y volvía a sonar el: "Toc, toc, toc" "Toc, toc,  toc". A toda prisa me pongo una mantita por los hombros y bajo las escaleras saltándome escalones y jugándome el tipo.

- ¡Vaaa! ¡Vaaaaa!

De una habitación de la segunda planta sale el mago Pirú, está pasando unos días aquí porque su casa se ha inundado con las últimas lluvias.

- ¡Pepita! ¿Ocurre algo? He escuchado unos golpes en la puerta.
- ¡Sí!, no sé quien puede ser a estar horas, pero con todo lo que ha llovido, no nos extrañe que sean nuevos huéspedes.

Pirú lleva un camisón largo blanco con estrellas amarillas, no puedo evitar reírme porque el conjunto está acompañado de sombrero picudo y báculo.

- ¡Ay Pirú, me encanta tu camisón! Jajajajajaaja
- Tú sigue riéndote y te convierto en piedra como si fueras un troll.
- ¿Un troll con moco o sin moco?
- ¡Con moco enorme! ¡Marrana!

Y riendo bajamos los últimos escalones. Abrimos la puerta, pero no vemos a nadie.

- ¡Buenas noches! ¡Aquí! ¡Aquí abajo! - Dice una vocecita-
- ¡Oh por Dios, disculpe! ¡No le habíamos visto! - Exclamo emocionada al ver al personaje-

En el umbral aguarda un ratón, es muy mayor y lleva un paraguas y varios libros. Pirú y yo nos miramos, nos parece perfecto un habitante así para Casa Encantada.

- Me llamo don Leonardo Peinacanas, he sido maestro muchos años y ahora me dedico a contar cuentos y organizar bibliotecas.
- Encantado de saludarle - Dice el mago agachándose y ofreciendo su mano para que el ratón suba-  Ella es Pepa, la anfitriona, y yo soy Pirú.

Imagen extraída de rembrandt.livemaster.ru, si queréis adquirir este ratoncito o cualquier producto de la artesana, podéis conseguirlo en este enlace: https://www.livemaster.ru/rembrandt

- ¡Encantada! - Le digo- Y dígame, ¿cómo nos ha encontrado?

Entramos en casa mientras Pirú enciende la chimenea del salón con el báculo. Don Leonardo se sienta en el sofá y nosotros en sendos sillones, a la espera de escuchar su historia. Antes de que diga nada, el mago ya ha hecho traer de la cocina "por arte de magia", unos vasos de leche caliente y galletas.

- ¡Oh, eso ha estado muy bien! - Exclama el ratón sorprendido-
- ¡Ya se acostumbrará! Aquí todo es mágico - Le digo-
- Bien, amigos - habló el ratón con los carrillos llenos de galletas- La verdad es que he llegado hasta aquí a través de una puerta giratoria. Me dirigía a la biblioteca de mi localidad cuando a un lado del camino vi una puerta que llamó mi atención; me acerqué, la toqué.... ¡Y aquí estoy!
- ¿Una puerta giratoria? -Pregunté extrañada- No sabía que se pudiera acceder a Casa Encantada de esa manera.
- Sí, querida, es algo que he tratado de explicarte varias veces, pero tú y la lagartija Matilda nunca tenéis tiempo para mis explicaciones científicas - Dice Pirú algo molesto-
- Bueno.., si eres tan amable de contármelo ahora.

Pirú carraspea la garganta y toma un largo sorbo de leche, se recuesta en el respaldo del sofá y comienza su explicación.

- Es una apertura en el tiempo, te puede llevar a cualquier lugar y época siempre y cuando atravieses la puerta sin ánimo de perjudicar a nadie. 
- ¿Y ya está? - Pregunto-
- No, para que la puerta gire tienes que pensar en alguien, enviarle mucho amor y desear que su vida y la de quienes le rodean sea  todo lo feliz y próspera que deseen.
- Y entonces la puerta se mueve... ¡Me encanta! -Exclamo- Dígame don Leonardo, ¿en quien pensó usted?
- Pensé en mis antiguos alumnos, los imaginé felices con sus familias y sus ratoncitos, les envié un pensamiento de amor y la puerta me trajo hasta aquí, que es un lugar que quería visitar desde hace años.
- Así que no vio la puerta por casualidad..., ¿verdad? - Preguntó el mago-
- No.., pero ya sabe que no todo el mundo debe conocer estas puertas, es peligroso. No estaba seguro de que aquí se supiera de su existencia, aunque siendo un lugar mágico, no sé cómo he podido dudar.

El ratón miró su vaso vacío e hizo un gesto de tristeza que Pirú interpretó al instante. En unos segundos, la leche hizo acto de presencia en el recipiente.

- ¿Y que le gustaría hacer aquí? -Le pregunto-
- ¡Oh! Eso es fácil de contestar: ¡He venido a contar cuentos!, hay muchos niños y animalitos en Casa Encantada que estarán felices de escucharme.
- Pues me parece una idea magnífica. ¿Qué piensas tú, Pirú?
- Que vamos a poder hacer muchas cosas mientras los más pequeños están entretenidos con don Leonardo. Ya sabes lo trasto que son.
- ¡Bienvenido don Leonardo! Mañana le haremos una fiesta que esté a la altura, así podrá conocer a todos. ¿Qué le parece? - Pregunto-
- ¡Fantástico! - Exclama el ratón- Pero antes deberíamos cerrar la puerta giratoria de entrada a Casa Encantada.
- Pero cómo..., ¿es que no la ha cerrado al llegar? - Pregunta  Pirú preocupado-
- ¿Qué ocurre? ¿Por qué es tan importante cerrar esa puerta? Si decís que se accede con pensamientos amables y de amor a los demás, no creo que nadie malo pueda atravesarla, ¿no?. 

A medida que hablo me asusto porque Pirú y don Leonardo no paran de mirarse con cara de creciente preocupación. Parecen no escucharme.

- ¿Me estáis escuchando? - Pregunto alzando la voz.
- Pepa, hay que cerrar esa puerta ahora mismo - Explica Pirú levantándose- si don Leonardo la ha dejado abierta, puede colarse cualquier animal, persona o entidad maléfica. ¡Si está abierta no se necesita nada más para entrar! Y muchos acechan para poder colarse. ¿Lo entiendes?
- Lo siento de veras - Dice el ratón apesadumbrado- No pude recordar las palabras para cerrarla, a pesar de lo mucho que lo intenté. Lo siento, me he dirigido rápidamente aquí precisamente por esto.
- No se preocupe - Le digo- ¿Pero por qué no escribió las palabras en un papel?
- Porque no funciona -Me responde- Las palabras mágicas para cerrar la puerta no pueden ser escritas, tienen que quedar en el aire y sin soporte. Cada persona tiene una clave de cierre que se le da justo cuando la puerta realiza el primer giro. Yo..., no recordé la mía y tuve que salir.

Enseguida comprendo la gravedad del asunto, así que me levanto y voy rápidamente a vestirme. Cuando bajo, los dos han salido ya.

- ¡Esperadmeeeee! 

Pirú no se había cambiado, caminaba a paso ligero y supose que don Leonardo iba en su mano.

- ¡Vamos Pepa! ¡No te retrases! - Me dice el mago-
- ¿No te has quitado el camisón de Agatha Ruiz de la Prada? - Le pregunto divertida-
- Considérate troll a la vuelta, querida.

Llegamos a un bosque espeso, de algunas setas comenzaba a salir humo; señal de que sus habitantes inauguraban un nuevo día en los alrededores de Casa Encantada.
- ¡Es ahí!- Dice don Leonardo señalando hacia la derecha de la seta.
- Bien, ahora, vamos a intentar que recuerde esas palabras , ¿de acuerdo? - Le dice el mago dejándolo a los pies de la puerta-
- Estoy listo - Asiente mientras introduce una de sus patitas en la puerta-

Pirú gira el báculo y envuelve a don Leonardo en una nube blanca que al instante comienza a llenarse de puntos muy brillantes. 

- ¿Qué son esos puntos luminosos? -Pregunto en voz baja-
- La memoria perdida de don Leonardo. En realidad no desaparece, todo lo que pensamos y vivimos queda flotando en el Universo; yo sólo la estoy trayendo de vuelta.

Don Leonardo tiene los ojos cerrados, a veces sonríe o hace gestos divertidos con  la cara.

- Está viviendo emociones de otros tiempos, recordando cosas que le hicieron feliz - Me dice Pirú- Don Leonardo, concéntrese en el momento en el que la puerta gira, por favor, es muy importante. No saque el pie, tranquilo, le agarraré en el momento preciso.

Me empiezo a poner nerviosa, sé que si esto falla pasará algo malo; con la magia nunca se sabe cómo saldrán las cosas y no quiero ni preguntar por qué el ratón tiene su pie en la puerta.

- ¡Casa encantada, puerta cerrada! - Grita el ratón-

En ese instante, Pirú agarra a don Leonardo y la puerta desaparece. 
- ¡Vaya, pues no era tan difícil!- Exclama el roedor riéndose a carcajadas-

Acabamos riéndonos todos, Pirú nos explica que la velocidad de aceleración de la puerta, a veces nos impide escuchar bien la clave para cerrarla. Eso, hace peligroso el viaje a través de ella. 

- Dime Pirú - Pregunto- La puerta ha desaparecido, pero ¿sigue estando visible en el lugar donde entró don Leonardo? ¿Cómo podemos saber si se ha colado alguna criatura por ella?
- A la primera pregunta: La puerta no es visible para todo el mundo, sólo alguien que conozca esta magia sabe la ubicación de cada una. Conozco algunas que se hacen visibles a todo el mundo una vez al año, pero si no sabes cómo hacerlas girar, no te llevarán a ningún lado. A la segunda pregunta..., habrá que esperar, no sabemos si alguien más la ha atravesado pero de ser así..., pronto lo sabremos.

En el camino de vuelta, paramos a comer en un prado donde don Leonardo nos contó cómo había sabido de esta magia. 

- ¿Y qué habría pasado si Pirú no le saca a tiempo de la puerta? - Pregunto al ratón-
- Me habría perdido en el tiempo, habría ido a parar a cualquier lugar y año.
- Bueno, pero luego podría haber dicho de nuevo las palabras de cierre y volver a este punto. -Aclaro-
- No, -Contesta Pirú- Si la puerta te atrapa cuando intentas cerrarla, el tiempo se descontrola para ti, ella no sabe adónde quieres ir. Estarías condenada a vagar por las edades y si tienes suerte, igual vuelves a tu época en uno de los saltos. O no. Estarías a merced de la aleatoriedad.
- Mmmm, no me gusta nada, prefiero ser un troll de piedra.
- ¡Con moco! - Añade Pirú-

Y volvemos a reírnos. Mientras camino de nuevo, no dejo de pensar en la posibilidad de explorar otros lugares o épocas a través de las puertas giratorias, pero eso es algo que no creo que pueda hacer sin la ayuda de un buen mago, uno que se llame Pirú.
Ya en Casa Encantada, don Leonardo sube a descansar, más tarde se encargará de la biblioteca y de todo lo necesario para que los niños puedan escuchar al menos un cuento al día. 
¡Ah! ¿Os apuntáis a la fiesta de bienvenida? Dejad vuestra confirmación aquí:
casaencantada@fiestadedonleonardo.com ¡Gracias!

Cuento registrado, prohibida su copia total  o parcial y/o reproducción por cualquier medio sin consentimiento expreso y por escrito de su autora. Código de Registro:1905240986376

jueves, 4 de enero de 2018

Carta a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente.

Queridos Reyes Magos:
He sabido por fuentes fiables que este año van a estar dos días en España y eso es...., ¡fantástico! Según me cuentan, las inclemencias meteorológicas impiden a los camellos hacer su recorrido en una sola noche y por eso van a tener que trabajar un día más, es decir, el día 4 y el 5. 
Me parece maravilloso y muy considerado que Sus Majestades hayan adelantado su viaje desde Oriente para impedir que los niños se queden sin juguetes. Por aquí todos han sido muy buenos, por eso están muy contentos de saber que tendrán el privilegio de verlos un día antes que otros niños. Realmente están muy alegres y agradecidos, Majestades. También se sienten felices porque podrán ver cabalgatas durante dos días y de este modo, disfrutar más de su presencia. ¡Es un regalo extra!
Quería comentarles que como este año necesitan hacer noche por tener que trabajar el doble, los habitantes de Peñarroya-Pueblonuevo desean ofrecerles el Almacén Central, que es un edificio maravilloso digno de la importancia de Sus Majestades. Yo les ofrecería Casa Encantada, pero es que van a estar un poco apretadillos y con la lagartija Matilda haciendo de las suyas..., no van a poder dormir. 
En el Amacén tendrán todas las comodidades para su descanso y el de los pajes reales, también comida, agua y un buen establo con heno para los camellos. Eso sí, les agradecería contestasen los antes posible a mi carta porque hay mucho que hacer y todos estamos muy nerviosos ante la posibilidad de que nos elijan para pernoctar.
No quiero entretenerles, sé que ya vienen de camino así que les deseo buen viaje. Abríguense muy bien porque este año les toca pasar dos noches trabajando y hace mucho frío. ¡Ah! Y no se olviden de los mayores, somos regulares pero en 2018 prometemos enmendarnos.
A la espera de sus letras y en nombre de los habitantes de Casa Encantada, reciban un cordial saludo de Pepa Gómez.

PS: ¡Y muchísimas gracias por traernos la lluvia!


viernes, 28 de abril de 2017

Un piano para Casa Encantada.

Es primavera, nuestra casa ha cambiado la corona de nubes por zapatillas verdes de hierba, excepto los domingos, que se pone tacones rojos hechos de amapolas.
Todo cobra vida con el sol y desde luego Matilda no iba ser menos, no hay nada que guste más a una lagartija que un buen baño de sol en la balaustrada de entrada a Casa Encantada. Allí estaba cuando llegó José Manuel a contarle que había comprado un piano y le instaba a guardar el secreto para sorprender al resto de habitantes.
Matilda se levantó, estiró su cuerpecito verde y flexible y comenzó a interrogar a su amigo.


- ¿Y dices que traes un piano? - Le pregunta sonriente-
- Sí, pero no se lo digas a nadie, es una sorpresa para esta noche - Le contesta José Manuel-
- ¿A Josep tampoco? Es mi compi arquero y además es druida, mago, medio elfo... Vamos que se va a enterar.
- ¿Te han dicho alguna vez que eres muy cotilla?
- Sí, todos los días.-Dice saltando y colocándose al hombro de su amigo-
- Oye, ¿no te has pasado un poco con el maquillaje? -
- Que va, además he sacado estas cosas de la bolsa de aseo de Pepa. Si vieras lo que tiene allí.... ¡Ni una droguería, chico! Claro, que a su edad, no es fácil disimular lo del ojo de cristal y eso, pero mira, que se pintarrajea y parece hasta mona. Pero vamos, que yo no la quiero criticar.
- ¡Pues menos mal! - Contesta José Manuel riendo- ¡Un ojo de cristal! ¡Pero qué perversa!

Humano y lagartija entran en la casa para elegir un lugar bonito donde colocar el piano, en realidad no tienen preferencias, pero a Matilda se le ocurre que tal vez el desván sea un buen sitio.

-¡Aquí, lo pondremos aquí y daremos una fiestuqui que no se va a olvidar en años! - Dice la lagartija tomando medidas con sus manos.-
- Pues adjudicado, ahora sólo queda subirlo-
- ¿Y eso quien lo va a hacer?
- Nosotros, claro - Dice José Manuel mirando fijamente a la lagartija-
- No, yo no puedo, estoy de baja.
- ¿De baja? ¡No me lo creo! - Exclama el hombre asombrado-
- Sí, me hice un esguince en la muñeca en mi última aventura con Josep, espantamos a unos cuantos Ojáncanos y tiré tantas flechas que mira - Matilda hace ademán de girar la muñeca de la mano derecha y acompaña la demostración con un teatral gesto de dolor -
- En fin, supongo que eso me deja solo ante el piano.

Nada más terminar la frase, se escucha una voz en el exterior. ¡Es Josep!

- ¿Hay alguien en la casa? - Pregunta el arquero desde la puerta-

Matilda al oír a su amigo, corre escaleras abajo y antes que se dice "miau", ya está encaramada a su hombro.

- ¡Josep tenemos un piano! ¿Nos ayudas a subirlo? - Pregunta la lagartija-
- Precisamente a eso vengo, creo que tenéis dificultades...
- Sí, no sabemos muy bien cómo hacer para colocarlo en el desván sin que sufra daños - Aclara José Manuel-
- He pensado que podemos pasar una cuerda al piano, luego la atáis a una de mis flechas y os la mando para arriba. - Propone Matilda-
- ¿Tú no tenías un esguince de muñeca y estabas de baja? - Pregunta José Manuel-
- ¿Un esguince? - Repite Josep con cara de asombro-
- ¡Oh, es algo sin importancia! Algo que va y viene según la humedad y el viento entre del Hoyo o de La Parrilla, o de Madrid.... -La lagartija se lía cada vez más con las explicaciones-
- ¡Pero mira que eres lianta! -Exclama Josep divertido- ¡Lo que te pasa es que no quieres trabajar!¡Tú no tienes un esguince, tienes vagancia!
- Veeenga, otro a llamarme vaga, pues si sois tan listos y hacéis todo tan bien, ahí os dejo con vuestro piano.

Y dicho esto, dio media vuelta y se alejó con sus andares a lo Monroe. Josep y José Manuel reían mientras observaban alejarse al simpático reptil que como llevaba las uñas pintadas, conseguía mimetizar con la hierba todo su cuerpo excepto el rojo de los dedos, de modo que parecían puntos saltando sobre la vegetación.

- Bien, amigo, pues estamos solos - Apuntó José Manuel-
- ¡De eso nada! ¿De verdad creíais que ibais a subir un piano hasta ahí arriba sin la ayuda de un mago?
- ¡Pirú! - Exclamó Josep- ¡En mi vida me he alegrado tanto de verte!-

Y tras fundirse en un abrazo y hacer las oportunas presentaciones, el sabio se apartó a un lado, agitó el báculo y el piano comenzó  a ascender lentamente ante la atónita mirada de José Manuel-

- ¡Aaay amigo!, desde que existen los magos, yo no gasto un euro en empresas de mudanza - Comenta Josep divertido-

Subieron al desván para ver la disposición, probaron un par de sitios hasta que de una de las vigas salió una voz conocida.

- ¡Ahí está perfecto! ¡No lo mováis más!
- ¡Matilda! ¿Pero se puede saber qué haces ahí arriba? - Pregunta Josep-
- ¡Pues qué voy a hacer! ¡Ayudar! ¡Si es que no os puedo dejar solos!


Los tres rompieron a reír, no era fácil hacer callar a la lagartija y mucho menos apartarla de cualquier actividad que implicase diversión.

- No sé qué haríais sin mí, soy una lagartija experta en decoración. Y muuuy culta. - Dice Matilda bajando hasta sus amigos-
- Y sin abuela -Añade José Manuel-

Matilda le saca la lengua y luego corre a esconderse en el bolsillo de la camisa de Josep.

- ¡Muy bonito, eh! ¡Muuuy bonito! - Le dice su amigo intentando sacarla de su escondite-
- Meteos conmigo, meteos conmigo..., que me he apuntado a un sindigato y el presi es el Gamba. Le voy a decir que me hacéis trabajar sin contrato.
- Pues si el gato Gambita es el presidente, apañada vas...- Bromea José Manuel-
- ¡Cosas de lagartija! -Exclama el mago riendo a carcajadas y contagiando a los demás-

En ese momento, Matilda asoma su graciosa cara por el bolsillo de la camisa. 

- No sé qué os hace tanta gracia, la verdad. Bueno, ¿Y los dulces? ¿Quién trae los dulces?
- ¡Matildaaaaaa! - Gritan los amigos a la vez-

Al final, el piano queda colocado en una de las preciosas habitaciones, listo para que cualquiera que sepa pueda tocarlo.

Cae la noche en Casa Encantada y los habitantes se van dando cita en el lugar. Es un placer volver a encontrarse con todos, vivir la casa y disfrutar de su compañía en una ocasión así. Matilda viene a saludarme, creo que ha vuelto a enredar en mis maquillajes porque reconozco el lápiz de labios. 
Me saludan todos y alguien me dice que "llevo bien lo del ojo porque no se me nota nada" No sé a lo que se refiere, pero prefiero no saberlo.
Viendo que ya no falta nadie, les hablo del motivo de la fiesta y presento a la concertista de esta noche. Doña Lupita  ha venido de muy lejos para inaugurar la Primavera y nuestro piano, así que sin más os dejo con ella y su especial interpretación de "Oh, mío babbino caro", de la ópera Gianni Schicchi, de Puccini.
Lupita, cuando quieras.


lunes, 16 de enero de 2017

GRACIAS A TODOS.


Hace tiempo que quiero escribir unas letras para daros las gracias a todos cuantos me visitáis desde diferentes partes del mundo: España, Estados Unidos, Corea del Sur, La India, Francia, Alemania, Polonia, Reino Unido, Países Bajos, Turquía, Hong Kong, México, Argentina, Rusia, Perú, Chile y Colombia. Tal vez este no sea un blog muy participativo en cuanto a comentarios, tal vez pocas personas dejen sus impresiones, pero las estadísticas me sorprenden cada vez con las visitas a las entradas y los lugares desde los que se producen. Solo puedo decir GRACIAS, sinceramente gracias por vuestra presencia y fidelidad. 
Me comunica la página, que el cuento: "Las aventuras de Pepa Jones y su gato Gambita. Navidad en la Charca de los Patos", ha sido visitado por 620 personas y  que en total durante el mes de diciembre, se registraron 1014 visitas. Es el mejor regalo que he recibido en mucho tiempo.
Debo aclarar que la mayoría de tráfico procede de la página de Facebook que este blog tiene y que podéis buscar como "Aventuras en Casa Encantada".
En deferencia a las personas que visitáis Casa Encantada desde fuera de España ampliaré entradas, algunas serán más generales y crearé personajes nuevos que podáis soñar en cualquier parte del mundo.  De este modo, el lector tendrá el privilegio de ubicar los cuentos o relatos en aquellos lugares que duermen en su memoria y de utilizar su imaginación para viajar al lugar concreto donde habitan los protagonistas.
Eso sí, sin olvidarnos de Pirú, Pepa Jones y sus amigos y todos esos poelatos que han conseguido hacer de este blog, un lugar sin fronteras.
Mi agradecimiento y cariño más sincero para todos vosotros.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Decorando Casa Encantada para Navidad.

Llueve, Casa Encantada aparece atrapada entre el verde y el gris plomo de un cielo que se vacía por los desagües nubosos . Silencio, solo agua y viento leve.
Alzo los ojos a la última planta, de una ventana escapa una luz amarilla, como de viejo farol que proyecta destellos danzarines al exterior. Debe ser Matilda que anda enredando en los armarios, buscando guantes en los que entrar y asustar a todos. Esta lagartija no tiene remedio.
Miro al frente y la sierra se presenta tocada por una corona de gas blanquecino, son nubes que riegan el duro suelo de nuestros campos para que en primavera permitan la abundancia. Ahora, el agua da voz a los arroyos y color a la tierra, imprime ritmo a un bosque que ha permanecido excesivamente adormilado por las cigarras agosteñas.  
Me dirijo a la casa porque la lluvia arrecia y el día se va agotando. Allí permanece el sonido del tren, incrustado en las paredes de la reina, circulando a modo de torrente sanguíneo entre sus amoratados ladrillos. Cualquiera puede oírlo si viene con magia en el corazón porque en Casa Encantada, todo es posible.
Nada más entrar me encuentro al fantasma, apenas hemos empezado la temporada de lluvias y ya tiene problemas para secar sus sábanas. No es que quiera a estas alturas cambiar de espectro, pero queridos amigos..., así no hay quien asuste a nadie. Me saluda y de los bajos de su túnica cuelgan manchurrones de diversas tonalidades, sin duda ha debido tener un día intenso de sustos en mitad del barbecho porque no se explica tamaña porquería. Le saludo y subo las escaleras, de arriba bajan risas y conversaciones alegres así que la casa está siendo vivida, leída, escuchada... Es nuestro secreto para su inmortalidad. 
El angosto pasillo llega a su fin y me encuentro la puerta abierta de par en par. En la habitación hay un mago y varios niños adornando la chimenea que caldea el lugar, los críos lo miran asombrados mientras hace que las guirnaldas se eleven y caigan suavemente en el lugar que ellos eligen. Nada mejor que un  buen mago para la decoración, creedme. Por  cierto, el nuestro se llama Pirú.
En el otro extremo está Josep con Matilda, han traído un árbol precioso y lo están adornando de una manera un tanto peculiar. Josep ata la bola a una cuerdecita que la lagartija engancha a su flecha, luego la pone en el arco y..., ¡zas!, directa a la rama que su amigo ha señalado. Vayas dos..., todo el día inventando diabluras.
Nadie se percata de mi presencia con el trajín así que aprovecho para asomarme a la ventana y ver las luces del pueblo a lo lejos. Parece una larga serpiente dorada que duerme a los pies de nuestra casa. De repente, unos brazos cubiertos de un paño verde bastante particular me envuelven, es Pirú. Respondo a su abrazo y al de todos, uno a uno y luego el mago me cuenta que este año el frío se retrasa pero que siempre que quiera puede crear nieve con su báculo. Me guardo el ofrecimiento, no estaría mal un poco de nieve por Navidad.
Después de los saludos, me uno a la tarea de adornar Casa Encantada, hemos empezado por la habitación de los libros porque es el rincón más mágico, desde allí viajamos a lugares que no puedes ni imaginar. Si quieres puedes venir, hay un sitio para ti en nuestro hogar, ¿a qué esperas? Mientras lo piensas, ponemos algo de música y seguimos con la decoración navideña. ¡No tardes!.

lunes, 31 de octubre de 2016

EL SECRETO DE GUIDO DE LUSIGNAN. El ingreso en la Orden.

El Senescal, D. José Domingo, se hallaba despachando asuntos diarios cuando el fax sonó con su habitual pitido. Entraba una orden para los postulantes Javier y Reyes. Hora de poner en práctica todo lo que hasta la fecha habían aprendido.
El Senescal se pasó la mano por la barbilla, parecía que aquel mandato no le gustara en demasía por las dificultades que adivinaba, no en vano, él mismo había corrido serios peligros desentrañando misterios vedados a su propia familia. Ahora, compartiría con su hija una de esas aventuras pero su mente y su corazón iban en desacuerdo, eso le asustaba pues su figura como Senescal en la Orden del Temple, corría peligro.

- ¡Reyes, hija! ¿Dónde estás?
- Estoy aquí papá, catalogando unas sillas para una galería en Francia. - Contestó la chica despejando el largo cabello de su cara-
-Hija, acaba de llegar esto de la encomienda de Madrid, el Gran Maestre tiene una misión para nosotros.
Le alargó la hoja de fax que la chica se dispuso a leer con nerviosismo, en ella les ordenaban la asistencia a una subasta de pintura en una sala de Madrid sita en el barrio de Salamanca.

Estimados hermanos:
A fecha de hoy, hemos recibido de manos del Gran Maestre, una misiva donde se nos hace saber la importancia de adquirir el retrato del cruzado Guido de Lusignan. El cuadro será subastado en Madrid el próximo día 17 de diciembre viernes. Una vez se hagan con el mismo, recibirán órdenes expresas.
Les adjuntamos direcciones y todo lo necesario para asistencia y alojamiento.
Atentamente, 
Hermano Matías de Rivera.
NON NOBIS DOMINE, NON NOBIS, SED NOMINE TUO DA GLORIAM


- Yo conozco esta sala, papá, pero nos avisan con apenas unos días de antelación y tengo asuntos que resolver en Francia...Tendré que...
- Mira hija-interrumpió el Senescal- Formas parte activa de la Orden y fue por decisión voluntaria. Tu vida está ligada a ella y ahora sus asuntos son más importantes que el trabajo. Siento decirte que has de despachar cuanto antes tus cosas y acatar el mandato. Te hablo como Senescal, no como padre.

La chica se sorprendió, aquel que tanto quería acababa de darle una orden y ella permanecía entre atónita y descolocada. Tenía razón, había aceptado voluntariamente formar parte del Temple y ello acarreaba en ocasiones, toma de decisiones rápidas y embarque en aventuras sin rumbo. Era lo que había elegido porque lo deseaba fervientemente, por lo tanto decidió obedecer al Senescal, no en vano era uno de los encargados de decidir o no el ingreso definitivo de ella y su marido. Sabía que su padre era imparcial y por eso le habían hecho partícipe de la decisión, pero bastaba mirarle a los ojos para adivinar una creciente preocupación.
A media tarde, Reyes había hecho la maleta, puesto al corriente a su marido y despachado sus asuntos laborales. Ahora, en torno a una taza de café, el Senescal y los dos jóvenes departían.

- ¿Quien es Guido de Lusignan? Me suena muchísimo...- Preguntó Javier.
- Era un caballero cruzado de origen francés, su matrimonio con Sibila de Jerusalén lo convirtió, entre muchos dimes y diretes, en rey de la Ciudad Santa.
- ¡Ah sí! Terminó siendo rey de Chipre si no me equivoco... -Añadió Reyes-
- Exacto. Aquí os dejo lo que debéis saber de él. Algo me dice que conocer la figura de este rey y su vida como cruzado va a ser importante en la misión, por lo tanto, tenéis apenas un día para aprender todo lo que podáis.  - Puntualizó el Senescal-

Al día siguiente partieron para Madrid y se alojaron en un hotel cercano a la casa de subastas. Ya en la habitación, descubrieron un sobre encima de la cama, dentro, instrucciones detalladas de cómo proceder durante la puja y el límite de la misma. De igual modo, se les comunicaba que tras la adquisición, una empresa colaboradora de la Orden se encargaría de la tramitación de papeles y posterior traslado del cuadro.

- Vaya..., parece que el tesoro del Temple nunca estuvo perdido del todo -Dijo Javier después de leer la carta-
- Bueno, eso no es de nuestra incumbencia 
- Puede que no, pero no me digas que no es extraño que después de tantos siglos, la Orden siga teniendo liquidez para acometer empresas como la de mañana. Me hace pensar que el tesoro fue guardado en la clandestinidad y que ha sido gestionado de manera excelente a lo largo de los años.
- Bien mirado...Tiene su lógica, pero en cualquier caso no nos toca averiguar qué hicieron con su dinero.
- Desde luego no lo invirtieron en Lheman Brothers...

Ambos rieron la ocurrencia y se dispusieron a terminar de leer aquello cuanto el Senescal pudo recopilar acerca de Guido de Lusignan. Bien entrada la noche, el sueño les acabó venciendo.
Reyes volvió a tener sueños inquietos, plagados de luchas y espadas, capas blancas y sangre. El descanso le fue imposible.





A la mañana siguiente, ya en la sala de subastas:

- ¡Doscientos mil euros! - Se alzó una paleta con el número 61-
- El señor ofrece doscientos mil euros por el cuadro ¿Alguien sube la oferta? - Preguntó el subastador.

Reyes estaba muy nerviosa, se pellizcaba el labio inferior una y otra vez viendo que estaban a punto de llegar al límite de la puja y aún no se habían hecho con la obra. También le sorprendía el enorme valor que había adquirido la pintura, no era normal, por lo tanto estaba claro que había algo más tras ese cuadro y que no sólo la Orden lo sabía.

- Javier, ofrece trescientos cincuenta mil. -Le dijo decidida-
- ¿Estas loca? Si ofrecemos ese dinero nos quedará muy poco margen, deja que ofrezca cincuenta mil más y luego veremos.
- Tengo un presentimiento, Javier por favor, levanta la paleta.
- ¡Trescientos cincuenta mil! - Dijo el joven alzando la paleta con el número 15
- Trescientos cincuenta mil, ¿alguien ofrece cuatrocientos mil?

Un silencio recorrió la sala, Reyes miraba por el rabillo del ojo al señor canoso de la paleta con el número 61, la giraba entre las manos nerviosamente mientras meditaba sus posibilidades.

- Trescientos cincuenta mil a la una, trescientos cincuenta mil a las dos, trescientos cincuenta mil a las tres. Adjudicado  al señor de la paleta número 15. Señores, les recuerdo que el cuadro subastado data del siglo XII y consiste en un retrato del cruzado Guido de Lusignan. Se cierra la subasta.
Cuando cayó el martillo, todos los nervios de Reyes se destensaron. Tomó aire y sonrió satisfecha.
- Lo hemos conseguido. - Dijo Javier a la vez que cogía cariñosamente la nariz de Reyes entre los dedos índice y corazón-
Una vez fuera de la sala y a eso de las dos del mediodía, sonó el móvil de la chica. Un número que no conocía llamaba insistentemente.
- ¿Reyes? Soy Alberto Miralles, el gerente de la empresa Arte e Historia Medieval. Quería comentaros que el cuadro va camino de nuestras dependencias y antes de que lo veamos con detenimiento me gustaría invitaros a comer. Así nos conocemos y os informo de algunos detalles.
- De acuerdo, en realidad no teníamos ningún plan. Muy amable por su parte, señor.
- Estupendo, os veo en unos minutos en el Asador Aguinaga, está en la misma calle de la sala de subastas; no tendréis pérdida.

Alberto resultó ser un señor muy agradable, de unos setenta años de edad, con claro aspecto de haber acumulado gran cultura y saber estar, lo que le hacía paciente y atento.
Tras el estupendo almuerzo, se dirigieron a las dependencias de la empresa donde el cuadro se encontraba custodiado por fuertes medidas de seguridad. Atravesaron un largo pasillo al final del cual había dos vigilantes que tras la identificación de los visitantes, abrieron una enorme puerta que daba a otro pasillo de iguales características. Al fin y tras muchos vericuetos llegaron a una amplia sala donde se exponían una importante cantidad de obras de arte de índole diversa: estatuas, lienzos, tapices, armas, etc. El cuadro se hallaba sobre una amplia mesa y junto a él, un chico y una chica lo examinaban concienzudamente.

- Buenas tardes Marta y Roland, os presento a Javier y a su mujer, Reyes. Ellos consiguieron nuestro cuadro y ahora han venido para verlo de cerca. Si sois tan amables...

A una señal, los jóvenes se hicieron a un lado.

- ¿Habéis descubierto algo interesante? Les preguntó- El chico, con marcado acento extranjero fue quien tomó la palabra-
- Aún no, señor Miralles, íbamos a proceder a examinarlo por rayos. Si desean acompañarnos, creo que será la prueba que dictamine si la leyenda de este cuadro es o no cierta.
- ¿Leyenda? - Preguntó Javier sin disimular su sorpresa.
- Sí, amigo mío - Contestó Miralles- Se piensa que en este cuadro hay guardado una especie de mapa que el rey escondió tras la pérdida de Jerusalén. En teoría debe llevarnos a recuperar una de las reliquias de la Orden que fue sacada de Tierra Santa y escondida en otro lugar para ponerla a salvo de los enemigos.
- Un momento.... -Habló Javier levantando ambas manos- ¿Me está diciendo que han gastado trescientos cincuenta mil euros porque piensan que hay un mapa del tesoro escondido en este cuadro? ¿Cómo están seguros de que esa leyenda es cierta?
- Puede que sí o puede que no, amigo. La vida, está llena de posibilidades y la magia está en arriesgar por una de ellas. Vamos hombre, deja que tu niño interno juegue esta partida y despreocúpate del resultado. Disfruta con el camino y no pienses tanto en la llegada.
- Mi niño interno nunca ha jugado con trescientos cincuenta mil euros.... -Pensó-

Al exponer el cuadro a los rayos, apareció una segunda tela adherida al lienzo por su parte posterior. El trabajo había sido minucioso y nada hacía sospechar que tras la pintura pudiera haber algo más, sin embargo, allí estaba, una doble tela muy fina que probablemente deparase alguna sorpresa.

- ¡Aquí está lo que buscamos!- Exclamó Roland- Con sumo cuidado despegaron la frágil tela. Un trabajo de cirujano que duró casi tres horas, descubrió unas letras prácticamente ilegibles. El segundo lienzo era como una fina piel y adherido a este, la frase. Francés medieval.

Reyes y Javier se miraron, no tenían ni idea de lo que ponía pero no así Alberto, que tras diversas consultas en los libros de la biblioteca contigua, consiguió poner en pie una suerte de acertijo que dejó a todos perplejos.

"Del cáliz de Hattin brotó sangre cruzada.
En la tierra berenguela descansa el que sin
ser rey de corona, apellida como tal a sus vástagos.
En sus manos, se halla la reflexión"

Javier y Reyes se miraron sorprendidos,¿Qué quería decir aquello? Desde luego, si pretendían ocultar algo o a alguien, lo habían conseguido. Descifrar aquel enigma no iba a ser tarea fácil.
Miralles se despidió de ellos ya entrada la noche. Volvían a casa con la tarea de llegar hasta el final de aquella locura y descubrir lo que encerraba.
Al día siguiente en el salón de casa, el Senescal examinaba la nota.

- Bien... Guido perdió Jerusalén en la batalla de Hattin, así que tiene que estar relacionado, pero no comprendo lo de la tierra berenguela.
- Papá, -dijo Reyes mostrando un volumen de la enciclopedia "Las Cruzadas"- Mira, Guido de Lusignan está enterrado en Nicosia, en la iglesia de la Orden del Temple-
- ¿Y? - Preguntó Javier.
- Pues que si perdió Jerusalén es un rey sin corona, como dice el enigma. Lo que sea que guarde debe estar enterrado con él.
- Tiene sentido...-Dijo el Senescal- Pero es demasiado evidente, Reyes.
- Bueno, no excluyamos esta teoría del todo, a veces lo evidente es lo correcto y por el hecho de estar delante de nuestras narices, no lo vemos.- Aclaró Javier-
- De acuerdo, tiraremos del hilo.- Sentenció el Senescal-

A lo largo de los días, variadas teorías se fueron poniendo en pie, pero todas en el camino equivocado. Seguían empeñados en fijar como destino de lo que fuese que guardara el misterio, la ciudad de Jerusalén.

- Papá, -Dijo Reyes- Estoy pensando que Guido además de rey de Jerusalén era Conde de Jaffa y Ascalón y que murió volviendo a ser rey.
- Sí, de Chipre. Ya lo sabemos- Dijo el Senescal - lo cual como os vengo diciendo, lo excluye como guardián de la "reflexión".
- Si Guido salió de Jerusalén hacia Chipre, lo que fuese lo tuvo que sacar tras la batalla de Hattin, porque de lo contrario, no se explica la referencia a la misma. -Dijo Javier-
- ¿Y la tierra berenguela?- Preguntó Reyes-
- Esto es un disparate.... -Pronunció el Senescal dejando el lápiz sobre las decenas de teorías anotadas en su cuaderno.

Se hizo un silencio pesado, silencio que olía a fracaso pues tampoco habían servido de mucho sus averiguaciones por Internet. Justo cuando estaban a punto de rendirse, Javier se levantó de la silla como una exhalación y fue a rebuscar en un viejo libro del abuelo de Reyes, uno que había leído hacía mucho tiempo y que giraba en torno a la figura de Saladino.

-¡Aquí está! -Gritó eufórico- Cuando terminó la batalla de Hattin -Leyó- y el ejército de Jerusalén fue destruido, Saladino perdonó la vida de Guido de Lusignan y su hermano, además, hizo lo propio con Reinaldo de Châtillon y Hunifrido. Cuando los cautivos fueron llevados a la tienda de Saladino, éste como muestra de generosidad le ofreció un cáliz con agua a Guido, pero cuando Lusignan fue a pasarlo a Reinaldo, Saladino arrojó el cáliz al suelo. Estaba furioso porque el cruzado había asaltado la caravana donde viajaba su hermana. Más tarde, Reinaldo fue decapitado. Después de un tiempo, todos fueron puestos en libertad. Familia..., el cáliz de sangre del que habla, tiene que ser este.
- Y si fueron puestos en libertad, uno de ellos tuvo que esconder el secreto en algún lugar- Apuntilló Reyes-
- ¡Sí,  claro que sí! ¡Eso es! -Exclamó el Senescal levantándose de su silla- Javier, ¡has dado en el clavo!

Reyes se fue a la cama contentísima, no obstante, antes de dormir entró un rato en el blog de Casa Encantada para relajarse. En el apartado "Rincón de historia", Pepita había subido un documental sobre Ricardo Corazón de León, cuando terminó de ver el primer vídeo, una nítida y clarísima idea se hizo camino en su cabeza, como un rayo en mitad del cielo oscuro.

- ¡Javier despierta!!!! ¡Despiertaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! - Sacudió al chico cual saco de patatas y viendo que no surtía efecto lo desarropó- ¡Aaaaaaaarriba! ¡Creo que tengo la solución al enigma! - Se había colocado delante de él con los ojos muy abiertos mientras tironeaba de su pijama para obligarlo a levantarse.
- ¿Pero es que todo se le tiene que ocurrir de noche a esta mujer? Definitivamente, ¡el cielo será para mí, me lo he ganado a pulso!
- ¿Qué decías? -Preguntó Reyes-
- No nada, nada, que hay que ver lo lista que eres...

Reyes fue corriendo a despertar a su padre. De nuevo, alrededor de la mesa camilla...

- Escuchad una cosa, Guido de Lusignan se puso a las órdenes de Ricardo Corazón de León durante la Tercera Cruzada.
- ¿Y? - Preguntó Javier.
- ¿Con quien estaba casado el rey Ricardo?
- ¡Con Berenguela de Navarra! - Gritó el Senescal emocionadísimo ante el descubrimiento de Reyes-
- ¡Premio para el caballero..., templario! - Contestó la chica entre risas.
- Claro.... Ahora entiendo- dijo Javier- Uno de los caballeros cruzados que estuvo en la tienda con Saladino debió ser liberado, más tarde, viajó hasta Navarra portando su gran secreto. Sea quien sea, está enterrado en tierras navarras, pero, ¿dónde y quien?
- Escuchadme -Dijo Reyes- ¿Os acordáis de aquél enclave templario que descubrimos cerca de Leyre en la excursión de hace unos años? ¿Te acuerdas, papá? - Preguntó abriendo mucho los ojos-
- Sí, claro que me acuerdo. Sólo nosotros sabemos de ese lugar.
- ¿Recuerdas la tumba que encontramos? ¿La inscripción? ¿Recuerdas el apellido que figuraba?
- Plantagenet....Dios mío Reyes... "En la tierra berenguela, descansa el que sin ser rey de corona, apellida como tal a sus vástagos" ¡Claro! ¿Pero cómo no hemos caído antes? Se apellida como el Rey Ricardo..., pero no es rey. Ahora sí encaja todo, sin embargo, por algún motivo las crónicas no lo señalan en la tienda de Saladino, aunque todo evidencia que allí estuvo.
- ¡Chicos! ¡En marcha! - Exclamó Reyes levantándose y animando al resto a hacer lo mismo.

Esa misma noche partieron para Navarra, un poco lejos de su ciudad de origen, pero entusiasmados con volver a pisar aquellas tierras "berenguelas". Era la madrugada del 24 de diciembre. Nochebuena...
A todos les resonaba aún en los oídos las palabras de Piedita, la mamá de Reyes, rogándoles que no marcharan de madrugada con la nieve cubriendo las carreteras. Finalmente y ante la tozudez de los aventureros, terminó por llamarles locos y cerrar la puerta muy enfadada.
Amanecía cuando llegaron a los alrededores del Monasterio, una antigua vereda se adentraba en el bosque, por fortuna por allí no había caído nieve en cantidad como para cubrirla, pero las predicciones apuntaban a que pronto las nevadas se intensificarían. Había que darse prisa.
Bien provistos de ropa de abrigo y bastones de esquí para ayudarse en el monte, se adentraron en la espesura. Subidas y bajadas, roquedos coronados de nieve que captaban por su belleza la curiosidad de los aventureros, animales que salían despavoridos ante el avance de los intrusos y por fin... Aquella extraña cueva que ellos habían tapado años atrás para evitar destrozos.
Extrajeron de sus mochilas mazos y pequeños picos, por si la tierra acumulada se había compactado demasiado, pero la labor de desescombro no fue muy ardua.
Ayudados por potentes linternas, se internaron en el interior de la oquedad. El intenso olor a moho y humedad se les coló en los pulmones provocándoles una sensación de ahogo que les hacía detenerse de cuando en cuando. Al fin, llegaron hasta el lugar donde se hallaba el sepulcro. En grandes letras, rezaba: "Hugo de Plantagenet". Y apenas legible, unas inscripciones en latín, que resultaron ser el lema del Temple "NON NOBIS DOMINE NOBIS, SED NOMINE TUO DA GLORIAM" (Nada para nosotros, Señor, nada para nosotros, sino para la gloria de tu nombre)

Aquel lugar debió ser un antiguo refugio templario tras la persecución de la que fueron víctimas en su caída. Allí, habían enterrado a algunos de sus miembros, trasladándolos desde diversos enclaves para preservarlos de violadores de tumbas o fanáticos del rey de Francia. Asimismo, anexas a la cripta habían excavado algunas estancias donde poder refugiarse hasta que parase la masacre.
Les llamó la atención que el caballero Plantagenet hubiese tenido hijos, pues de sobra sabían que los antiguos templarios tenían voto de castidad, no obstante, fueron muchos los que ingresaron en la Orden tras quedar viudos. Sin duda, ese u otro caso debió ser el motivo que llevó a Hugo de Plantagenet a abrazar la Orden tras su paternidad. Tampoco les pasó desapercibido el apellido, el caballero que yacía en esa tumba, tenía que por fuerza ser familia del rey Ricardo.
Echaron mano de paciencia, fuerza y diferentes artilugios para descorrer la tapa del sarcófago, cuando al fin se movió, Reyes siempre previsora extrajo unas mascarillas y unos guantes de látex de su mochila e instó a su marido y a su padre a utilizarlos.

- Es mejor prevenir. Por los hongos.... -Dijo-

Allí estaba el caballero antaño fuerte y valiente, ahora reducido a huesos y jirones de tela, coronado de años y polvo. Allí permanecían sus esqueléticos dedos aferrados a la espada, como si con ella se agarrara a un hilo de vida. Con sumo cuidado y respeto movieron al caballero Plantagenet, estaba flanqueado por dos escudos, bajo uno de ellos encontraron una talega raída. Javier la extrajo con sumo cuidado pero la tela se deshizo entre sus dedos. Con el corazón a mil, un legajo de papeles cubierto de polvo se descubrió a los ojos alucinados de los aventureros. Sopló  para dispersar las partículas, en latín se leía:

" Reflexiones en el desierto.  Por Jesús de Nazaret.
Siendo emperador del mundo, Tiberio el romano"

- Chicos, creo que os habéis ganado el ingreso en la Orden como Dama y Caballero. Feliz Navidad.

Y dicho esto con voz emocionada, el Senescal se fundió en un fuerte abrazo con los nuevos integrantes de la Orden. Pronto, viajarán a Omán, pero eso...., es otra historia.


Safe Creative #1012298157020 Relato inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual con el Código: 1012298157020. Prohibida su copia o reproducción.